Mes: febrero 2016
Villagarcía de Campos
Los representantes de la diócesis participan en el encuentro de Iglesia en Castilla
Desde este lunes 15 de febrero y hasta el próximo miércoles día 17, el obispo de la diócesis de Ciudad Rodrigo, Mons. Raúl Berzosa, los vicarios y arciprestes de la diócesis participan en el encuentro de Iglesia en Castilla, que se celebra en la localidad vallisoletana de Villagarcía de Campos, en total, 10 representantes de la diócesis civitatense.
A lo largo de estos se desarrollarán diversas ponencias, entre ellas, la de Carlo María Galli, teólogo del Papa.
Según explica el Vicario de Pastoral de la diócesis, José Manuel Vidriales, el teólogo argentino fue «compañero de Bergoglio como profesor de Teología Pastoral y ha trabajado con él en la elaboración del documento de Aparecida». Además, se puede destacar que es doctor en Teología y que ya participó en el encuentro de vicarios de toda España que se celebró en mayo en Santiago de Compostela.
El tema del encuentro era ‘La Conversión Pastoral a la luz de Evangelii Gaudium’. La asistencia de las 9 diócesis de la Iglesia en Castilla ha sido de 110 personas entre obispos, vicarios y arciprestes.
Cuaresma
El obispo preside la Eucaristía del Miércoles de Ceniza
Hoy se ha iniciado la Cuaresma, el comienzo de 40 días de preparación para la Pascua, la cuenta atrás para la llegada de la Semana Santa. El obispo de la diócesis de Ciudad Rodrigo, Monseñor Raúl Berzosa, ha presidido la Eucaristía en la Catedral, con la correspondiente imposición de la ceniza.
Esta ceniza se obtiene de las hojas de olivo quemadas y recogidas durante el Domingo de Ramos del año anterior, y sobre la frente de los católicos queda inmortalizada la cruz de ceniza bajo la frase: «Conviértete y cree en el Evangelio». Esta cuaresma coincide con el Jubileo de la Misericordia en la que el obispo invita a acercarnos al sacramento de la Penitencia y de la reconciliación, a practicar las obras de Misericordia espirituales y materiales, y a fomentar la oración personal y litúrgica. Con una certeza: «Dios es siempre misericordioso contigo y te espera».
En el Jubileo de la Vida Consagrada y profesión solemne de sor Sara
Raúl Berzosa: «El consagrado busca, ante todo y sobre todo, amar a Cristo, y hacerlo amar»
Queridos hermanos sacerdotes, especialmente D. Angel, Delegado de la Vida Consagrada; querida comunidad de clarisas y querida hermana sor Sara; queridas consagradas de toda la Diócesis; queridos todos:
Estamos celebrando la Eucaristía y, en ella, la profesión solemne de Sor Sara y el Jubileo de la Vida Consagrada en el Año de la Misericordia. No deseo alargarme con muchas palabras porque los signos litúrgicos hablan por sí mismos.
Hoy, de Jesucristo, emerge una dimensión: la de ser Luz de los pueblos, cuando estamos celebrando precisamente los 50 años del Concilio Vaticano II, y recordamos que la Constitución sobre la Iglesia, comenzaba así: “Lumen Gentium”. “Luz de las naciones” no se refiere a la Iglesia, como a veces se ha dado a entender, sino a Cristo mismo. Como hemos escuchado en el Evangelio de hoy, es el título con el cual el anciano Simeón saludó al niño Mesías: “Luz para los gentiles y gloria de tu pueblo Israel” (Lc 2, 32). Y es la clave para vivir una sana espiritualidad de la vida de especial consagración. En ella, “no se acepta a Cristo por amor a la Iglesia, sino que se acepta a la Iglesia por amor a Cristo”. Incluso una Iglesia desfigurada por el pecado de sus hijos e hijas. La “Iglesia es cuerpo y esposa de Cristo a la que ‘ha amado… y por la que se ha entregado a sí mismo, para santificarla (Ef 5,26)…. Jesucristo incesantemente la “nutre y cura” (Ef 5,29)” (LG, 6).
Los Padres de la Iglesia hablan también, y como aspecto complementario, de “Ecclesia vel anima” ( la Iglesia o también el alma), así Orígenes o S. Ambrosio). De san Ambrosio es la afirmación: “La Iglesia es bella en las almas”. Y, añado, sobre todo en las almas de especial consagración.