PALABRAS PARA LAS CONVERSACIONES DE LA COLADA 2017
Mons. Raúl Berzosa
En relación al tema que tratamos este año en las Conversaciones de la Colada, os cuento que, en el pasado mes de Enero, asistí a la presentación de un interesante libro de la escritora mirobrigense. Estefanía Sánchez Vasconcellos. La obra se titulaba: “Volveremos. Memoria oral de los que se fueron durante la crisis”. En él se dejaba hablar a diversos migrantes españoles en búsqueda de empleo y de una vida mejor. El fenómeno no es nuevo. Y de ello sabe mucho esta tierra y este pueblo nuestro. En el diálogo posterior a la presentación me atraví a sugerir a la autora que se animara a escribir otro libro complementario con el sugestivo título: “Los que nos quedamos. Memoria real de los que no se fueron a pesar de la crisis”. Y aquí, entre ellos, nos contamos los presentes.
¿Qué deciros, brevemente en estos momentos?… En primer lugar, quisiera hacer presentes a tantos mirobrigenses “heridos”, particularmente jóvenes, que han tenido que emigrar en búsqueda de trabajo. Pido al Señor que no olviden sus raíces y que no abandonen la fe. Y, sobre todo, que no olviden a sus familiares y a los suyos que quedaron en estos lares.
Hago presentes, también a los mirobrigenses que, día a día, luchamos en este suelo bendito; y me atrevo a pedir a Dios, que, a pesar de todas las crisis y necesidades, no perdamos las ganas de hacer las cosas de cada día un poco mejor, que no perdamos la solidaridad y la fraternidad entre nosotros, que no perdamos el sentido fuerte y cristiano del matrimonio y de la familia, que no reneguemos de las mejores de nuestras tradiciones, y que, sumando juntos y nunca restando, hagamos posible una diócesis más emprendedora y más humana, donde los más necesitados sean siempre atendidos, y, por qué no, una ciudad más “al estilo y según el sueño de Dios”, donde se vivan los valores del Evangelio, y del humanismo cristiano, y donde nos sintamos sanamente orgullosos y alegres de ser, al mismo tiempo, ciudadanos del siglo XXI y cristianos de hoy.
El Papa Francisco suele repetir que cada uno somos ciudadanos de un pueblo civil, en el que tenemos que sentirnos plenamente integrados, y, además, sujetos de la historia y, al mismo tiempo, miembros vivos del pueblo santo y fiel que es la Iglesia que peregrina en los albores de este tercer milenio. A todos, creyentes y no creyentes, “a los de dentro y a los de fuera”, es una invitación a ser hombres y mujeres sensibles a la realidad que nos rodea, con sus luces y sus sombras, con sus alegrías y sus tristezas, con sus logros y sus fracasos… Y, añado: urge tener el coraje y la generosidad para asumir nuestra realidad, tomarla entre las manos, y ser consecuentes y coherentes con lo que llevamos en el corazón, aunque nos cueste lágrimas y sangre.
Finalmente un deseo muy sincero para todos los presentes, tomando prestadas las palabras de Santa Teresa de Calcuta, como expresé también el día de San Sebastián: “Enseñarás a volar, pero no volarán tu mismo vuelo. Enseñarás a soñar, pero no soñarán tu mismos sueños. Enseñarás a vivir, pero no vivirán tu misma vida. Y, sin embargo… en cada vuelo, en cada vida, en cada sueño, perdurará siempre la huella del camino que has enseñado”.
En otras palabras, atrevámonos a sembrar, aunque no recojamos, y a vivir sin complejos lo que cada uno de nosotros somos. Que seamos una sola fraternidad mirobrigense, tanto “los de dentro como los de fuera”, los que m marcharon como los que nos quedamos.
+ Raúl Berzosa, Obispo