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Mes: abril 2017
Pregón de Semana Santa 2017
Ninfa Watt: «La Semana Santa no es un recuerdo del pasado hecho de piedra, cartón, velas y ritos, es una corriente viva»
Autoridades, miembros de las Cofradías, mirobrigenses todos, queridos amigos.
Mi pregón viene a anunciar algo que ya todos sabéis, pero queréis que se proclame este año con mi voz en el corazón de la ciudad: que una vez más, como siempre, y una vez más, como nunca –porque siempre es única y distinta–, cuando la naturaleza nos habla del renacer de la vida, cuando el invierno da paso a la primavera y despierta un derroche de color, de promesas y de vida, Ciudad Rodrigo abre las puertas de la Semana Santa, que encierra los misterios más profundos del ser humano.
Abrazada por la muralla, a la sombra de la Catedral y del Castillo, acariciada por el río, entre calles y plazas con palacios y casas señoriales que hablan de siglos, la ciudad antigua, noble y leal revive un tesoro hecho de arte, espiritualidad, tradición, fe, cultura y convivencia. Son siglos de Historia, de fe, de arte, de cultura que bebe de las mismas fuentes y se asienta en raíces generadoras de vida. Hoy se hace todo nuevo y se orienta hacia el futuro.
Semana Santa, santos días que recuerdan cíclicamente, en un universo concentrado de sentido, la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret, que acampó entre nosotros y se hizo uno de los nuestros[1]. Con Él, la humanidad entera que sufre; y también la humanidad entera que espera, que goza, que tiene hambre de infinito y anhela horizontes de eternidad.
Mirando al Cristo que habéis puesto en el cartel anunciador, con los brazos abiertos sobre la cruz y el corazón dispuesto a la acogida, recordamos que la llamada de este pregón es para todos, sin diferencias, sin exclusiones. La Semana Santa mirobrigense es vuestra, de todos y cada uno, porque se ha trenzado con fe a lo largo de los tiempos, con trabajos e ilusiones que son también de hoy y de mañana. ¿Quién no tiene un sufrimiento, un dolor, una preocupación, una impotencia, una fragilidad que le pesa en el alma? ¿Quién no siente deseos de felicidad, y ante la verdad, la bondad o la belleza, no aspira a más bondad, más verdad y más belleza? De todos es la condición humana; de todos es, con el infinito respeto a la conciencia y a la libertad de cada uno, esta oferta de sentido que encierra la Semana Santa y centra su mirada en Jesús de Nazaret.