PALABRAS AGRADECIDAS AL RECIBIR EL RECONOCIMIENTO DE LA PEÑA DE MIROBRIGENSES AUSENTES
Muy querido Sr. Presidente y cargos de responsabilidad de la Peña de Mirobrigenses Ausentes, queridos miembros de la misma, queridos predecesores en este reconocimiento, queridos familiares, queridos todos los que habéis deseado honrarme con vuestra presencia, sacrificando otros asuntos personales, familiares y profesionales:
Ya en septiembre del año 2016 se me anunció este acto, totalmente inmerecido por mi parte. No pude más que responder afirmativamente. Es verdad que en la carta fechada el 12 de septiembre del 2016, el Sr. Secretario trataba de justificar el reconocimiento hacia mi humilde persona relatando algunos supuestos méritos personales y ministeriales y que, hoy, ha detallado con enrome generosidad y con lupa de aumento… Esta noche, tan sólo reconozco, de todo ello, dos, como si fuese una moneda con dos caras: por un lado, el sincero y verdadero amor que profeso a esta Tierra y a estas gentes que la habitan en este momento histórico. Y. por otro lado, la colaboración generosa y estrecha que he recibido de tantas personas, comenzando por mis familiares, y por los presbíteros, consagradas y laicos que, mano a mano, día a día, años tras año, han tenido que sufrir y gozar en muchos campos: desde la organización de la pastoral hasta la restauración de templos y edificios, sin olvidar los eventos extraordinarios de la Asamblea Diocesana y el Año Jubilar Franciscano. Sin estos cualificados colaboradores, este servidor no hubiera podido realizar casi nada. Con ellos, todo lo realizado en estos seis largos años, parace un “milagro”. Recuerdo en estos momentos un dicho y un bello y sugerente pensamiento. El dicho reza: “Es verdad que Alejandro Magno conquistó él sólo media Asia, pero es de suponer que al menos llevaba un cocinero”. Y el pensamiento, del escritor mexicano Cieri Estrada, es éste:“Aunque somos nuestro propio tiempo,a veces somos el tiempo de otros y otros son nuestro tiempo. A veces, sin quererlo; a veces, queriendo; a veces, durmiendo; a veces, despiertos.