Opinión

Donde llega ‘Soledad’ llega la luz  (Premio ¡Bravo! 2016)

Laura Contreras, recogiendo su premio hoy en Madrid.
Laura Contreras, recogiendo su premio hoy en Madrid.

Por Juan Carlos Sánchez Gómez

La película Luz de Soledad del director mirobrigense Pablo Moreno nos ha ido dejando muchas instantáneas a lo largo de estos tres últimos meses desde que se estrenó en los cines.  Una de éstas es la concesión y entrega del Premio ¡Bravo¡ 2016 de Cine a Laura Contreras (Soledad), galardón que otorga  la Comisión de Medios de Comunicación de la Conferencia Episcopal Española.

No resulta nada fácil poner en marcha un proyecto cinematográfico y llegar a buen puerto con él. Es un logro haber llevado  a la pantalla la vida de una mujer menuda y sencilla, inteligente y fuerte a la vez, en un contexto tan difícil y tan complicado como lo fue la segunda mitad del siglo XIX en España.  El siglo de una España “siempre por terminar” como nos parece ese último tercio de siglo. Enfrentarse a este reto era apasionante. En su afán creativo Pablo Moreno, tanto por la parte que le corresponde en la escritura del guión, como por la dirección, consigue crear esa atmósfera luminosa donde crecen las plantas delicadas. Este biopic  sobre Soledad Torres Acosta, una heroína y una santa madrileña,  es un buen ejemplo de estas raras plantas que hay que cultivar con mimo y esmero.

Lo entendió perfectamente la actriz aragonesa, Laura Contreras, que hizo un acto de fe en el director, como ocurre muchas veces en cine o teatro, cuando el director tiene clara toda la película en su cabeza y saca de los actores lo mejor de sí mismos.

 Un hallazgo de guión ha sido ciertamente contar la historia en el hoy, en una casa de Madrid donde necesitan a una Sierva de María (muy auténtica y resuelta Susana Sucena en el papel de Sor Inés) para cuidar a D. Arturo (el más que experimentado Julio Lázaro). Secuencias que tienen una base histórica, si bien acontecieron en otra capital Europea. Porque hoy sigue viva la intuición y la novedad de aquellas mujeres intrépidas que desafiando lo políticamente correcto pusieron en marcha un estilo nuevo de ser monja al servicio de los necesitados, siendo además las primeras tituladas en enfermería en la España de aquel momento.

Cuando te sientas en la butaca de un cine para ver este filme te preguntas: ¿Dónde radica la magia de estas actrices y de estos actores que transmiten tanta verdad y tanta lozanía? ¿Dónde se asienta  la autenticidad de los planos y secuencias?  Sin duda en el proceso y en el estilo  del rodaje, en el equipo humano que los sustenta y en buen trato a lo largo del rodaje. Todos los actores y actrices se hacen respetar en sus papeles y personajes, porque son creíbles y sinceros en cada secuencia, debido también  al acertadísimo casting de  Raúl Escudero.

Es cierto, Laura Contreras brilla con luz propia, logra una total verdad, esta faceta tan imprescindible en el difícil manejo de las emociones. Lo ha sabido ver el jurado del estos premios Bravo. Laura Contreras da vida a una mujer abrumada por constantes reveses, superados en la historia de aquella heroína con tesón, humildad, valentía y una gran fe, gigante diríamos,  para creer que se podía abrir una brecha en el cuidado y atención a los enfermos y desdichados. Como le gusta decir a Laura Contreras esta película da visibilidad a tantas mujeres invisibilizadas por la historia.

Junto a Laura Contreras y a los dos actores mencionados, puede apreciarse  la fuerza  de Elena Furiase (Sor Magdalena), o el  señorío de  Carlos Cañas (P. Miguel) o la experiencia y desparpajo perfecto de  Lolita Flores (Madre de Soledad) o el buen oficio de Antonio Castro (Padre de Soledad) y el gracejo de Daniel Gómez (hermano de Soledad) o la fenomenal interpretación de Raúl Escudero (Padre de Adelita ). Un elenco equilibrado y armónico. Quien haya visto la película puede comprobar la réplica y complicidad de  todos los personajes secundarios con la protagonista y así verlos crecer a su lado luminoso,  como piezas imprescindibles de un puzle. Todos crecen y se iluminan al contacto con Soledad, al contacto con la actriz que la sustenta. Se ha conseguido algo que siempre es un milagro: la protagonista deja que cada uno sea, que cada uno florezca en su esencia, y cada uno florece y madura en la relación con ella. He aquí la magia y la clave de esta película: todos quedan tocados por el amor, perdón y santidad de Soledad, esa planta delicada que dejar que otras plantas crezcan a su lado, saboreen su luz y se nutran de sus hallazgos. Es lo que marca la diferencia de una vida gris o una vida plena. Esa es la verdadera luz que se escapa de la pantalla, que salta a la vista, que te emociona, te abofetea a veces, porque no parece posible tanto fogonazo. Fogonazo sin imponer, luz sin deslumbrar, metraje suficiente,  sin atosigar. Esta luz no habría sido posible sin la fotografía esmerada, calculada y estudiada, sin esos planos luminosos y sugerentes de Ruben D. Ortega y su equipo. Esa luz tampoco habría sido posible sin el montaje, otra de las grandes luces de esta película de la mano de María Esparcia. Para completar esta  obra de arte, la banda sonora (Oscar Martín Leanizbarrutia) es un trabajo de altura y profundidad, dándole ese toque épico, que tiene esta historia, y ese toque íntimo y nervioso cuando se precisa.

Enhorabuena a Laura por ese premio y por transparentar las esencias de esa  Soledad habitada de estelas.

Jornada de la Infancia Misionera

María García recoge su premio en Madrid

El domingo 22 de enero se celebró la Jornada Infancia Misionera con el lema ‘Sígueme’. Infancia Misionera es una Obra Pontificia que promueve la ayuda recíproca entre los niños del mundo y forma, dentro de la Iglesia, una red de solidaridad universal cuyos principales protagonistas son los niños, que se convierten en pequeños misioneros. Así, desde hace más de 170 años, los niños de la Infancia Misionera han prestado ayuda a millones de niños de todo el mundo para su alimentación, su vestido y salud, para la protección de sus vidas y educación escolar y, sobre todo, para su nacimiento, crecimiento y maduración en la fe y vida cristiana.

Con motivo de esta jornada, se hizo entrega de los premios del concurso de christmas en el que una niña de la diócesis, María García, obtuvo una accésit.

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Encuentro

Las Edades del Hombre y el Consejo Pontificio de la Cultura estrechan lazos

Los representantes de la Fundación, con monseñor Berzosa, y los del Consejo Pontificio.
Los representantes de la Fundación, con monseñor Berzosa, y los del Consejo Pontificio.

 Una representación de la Fundación Las Edades del Hombre compuesta por el vicepresidente del patronato, Monseñor Raúl Berzosa, el secretario general, Gonzalo Jiménez, y el secretario técnico, Enrique Martín, se ha desplazado hasta la ciudad de El Vaticano para mantener un encuentro con el Consejo Pontificio de la Cultura.

Este organismo está encabezado por el Cardenal Gianfranco Ravasi (en el centro de la fotografía adjunta) que estuvo acompañado por Monseñor Melchor Sánchez de Toca (derecha), subsecretario del mismo.

Durante el trascurso de la reunión, se ha destacado la envergadura del proyecto Edades tras 29 años de trayectoria, 22 exposiciones, 4.500 obras de arte expuestas, 2.000 obras restauradas o 11 millones de visitantes recibidos gracias, entre otras cosas al respaldo institucional encabezado desde el origen por la Junta de Castilla y León a través de la Consejería de Cultura y Turismo.

Pero más allá de estos datos, también se reveló el sentido evangelizador a través del diálogo fe-cultura, la socialización del patrimonio y la identidad con las raíces de Castilla y León.

El dicasterio Romano ha manifestado su voluntad de que Las Edades del Hombre se convierta en el espejo en el que se miren sus proyectos culturales internacionales de puesta en valor del patrimonio. Gracias a este encuentro, se abre la puerta a la colaboración para la promoción del arte, digitalización, restauración, formación especializada o desarrollo de exposiciones.

Los miembros del Consejo han sido invitados a España para conocer sobre el terreno, toda la actividad de la Fundación centralizada en el Monasterio de Santa María de Valbuena y este 2017 en la localidad segoviana de Cuéllar, donde se desarrollará la exposición Reconciliare de abril a noviembre.

La labor del Consejo de la Cultura

El Consejo Pontificio de la Cultura es la sección de la Curia Romana que auxilia al Sumo Pontífice en el ejercicio de su supremo oficio pastoral, para bien y servicio de la Iglesia universal y de las Iglesias particulares, en lo que respecta al encuentro entre el mensaje salvador del Evangelio y las culturas; el estudio de los graves fenómenos de la ruptura entre el Evangelio y las culturas; de la indiferencia religiosa e increencia; las relaciones de la Iglesia y de la Santa Sede con el mundo de la cultura. Para ello, promueve en particular el diálogo con las diversas culturas de nuestro tiempo, a fin de que la civilización del hombre se abra cada vez más al Evangelio, y cuantos cultivan las ciencias, las letras y las artes se sientan reconocidos por la Iglesia como servidores de lo verdadero, lo bueno y lo bello.

 

Patrimonio

El deán muestra el cuadro restaurado.
El deán muestra el cuadro restaurado.

La Catedral recupera el cuadro ‘Jesús y su madre, camino del Calvario’ tras ocho meses de restauración

La Catedral de Santa María de Ciudad Rodrigo ha recuperado, después de ocho meses de restauración, el cuadro ‘Jesús y su madre, camino del Calvario’, que a partir del 19 de enero, volverá a lucir en la parte derecha del presbiterio, justo un día antes de la festividad de San Sebastián, patrón de Ciudad Rodrigo, y cuya eucaristía se celebra en la seo civitatense.

Según el presidente del Cabildo Catedralicio, Ángel Olivera, el cuadro estaba «muy deteriorado» y signos inequívocos eran la «pintura muy tenue, el lienzo muy desgastado» e incluso, tenía un agujero en la parte derecha superior.

La actuación realizada ha sido financiada por la Fundación Santa María del Camino, con sede en Madrid, y a esta obra, se han sumado varias restauraciones más como la de la ‘Virgen del Consuelo’, en pizarra, perteneciente al Convento del Zarzoso; y pinturas de la parroquia de San Pedro de Alcántara de Pastores.

El deán aclaró que el contacto con esta fundación se había realizado a través del rector del Seminario de San Cayetano, Juan Carlos Sánchez, y bajo la asesoría del catedrático de Historia del Arte, Eduardo Azofra, se decidió que fueran esas obras las que se trasladaran a Madrid para su restauración. «Todas las piezas son de indudable valor artístico y religioso para el patrimonio diocesano», remarcó Ángel Olivera.

En lo que al cuadro se refiere, la restauradora ha sido Myriam Sanz-Tovar Vallelado de Castro, cuyo prestigio viene avalado porque ha trabajado obras de autores como Rubens, Goya o Zurbarán. Para Olivera, ese trabajo ha sido «muy laborioso y delicado» y según la restauradora, el cuadro es «muy valioso artísticamente».

La autoría no está del todo clara pero «fue el profesor Azofra que expresó, el primero, su atinado pronóstico de que podía ser de la escuela de Sebastiano di Piombo, o incluso, original del propio Piombo (1485-1547», concretó Olivera.

Otros expertos se han pronunciado al respecto, en concreto, Jorge Coll, de la Galería Coll y Cortes; y José Miguel Zamoisky, de la Galería Sotheby, «confirman que parece ser de la escuela del Piombo o una muy buena copia».

El presidente del Cabildo Catedralicio hace el siguiente razonamiento:«si es copia, no se conoce de qué cuadro original sería, pues del Piombo se conocen varias pinturas de nazarenos semejantes peor no exactamente este así pues, o del Piombo o de su escuela».

En cualquier caso, «esta restauración enriquece el patrimonio histórico artístico de nuestra catedral, diócesis y ciudad y nos felicitamos por ellos y expresamos nuestro agradecimiento a cuantas personas han intervenido para que esta restauración se haya llevado a cabo», concluyó.

Por otra parte, es preciso recordar que la Catedral de Santa María sigue adelante con las obras incluidas dentro del Plan Director y que se extenderán durante los próximos 11 meses. Esas actuaciones afectan al claustro y se trata de unas obras de «envergadura» que se están ejecutando con presupuesto a la consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León.