Vuelta a lo esencial
No entraba especialmente en las quinielas de estos días. El Espíritu, con la mediación de los cardenales, nos ha deparado una sorpresa: el primer papa jesuita en la historia del catolicismo y, además, hispanoamericano, del continente de la Esperanza, inmerso con fuerza en la Nueva Evangelización. Su nombre, Francisco. Como sucedió con el cardenal Ratzinger, es mucho más que un nombre: todo un programa. Nos habla de dos Franciscos: el primero, San Francisco de Asís, quien en su tiempo, escuchó la voz del Señor: “Reforma mi Iglesia”. ¿Con qué claves?: desde la pobreza y la austeridad, desde la sencillez y la cercanía, y desde la mirada al Señor y al Evangelio. Es la vuelta a lo esencial. Y, además, contando con el pueblo. Un Papa con un pectoral de madera y con la sotana blanca, sin añadidos.