Raúl Berzosa: «‘Caminar con determinación’ nos recuerda que no hay tiempo que perder en nuestra vida”
Queridos hermanos sacerdotes, querida comunidad de Madres Carmelitas, queridas consagradas, queridos todos:
En su Providencia Amorosa, el Señor ha permitido que, en este año 2017, la Fiesta de nuestra Madre Santa Teresa haya sido declarada como Año Jubilar, precisamente por caer en Domingo.
Las lecturas que la Liturgia dominical ordinaria nos presentaba en este Día del Señor hablaban de boda, de festín, de banquete. La primera, tomada del profeta Isaías, decía textualmente “El Señor preparará un festín para todos y enjugará las lágrimas de todos los rostros!” En el Salmo 22 se nos repetía que “deseamos habitar en la Casa del Señor por años sin términos”. La Carta del Apóstol Pablo a los Filipenses nos recordaba que, a pesar de nuestra pequeñez, “lo podemos todo en Aquel que nos conforta”. Y, el Evangelio, de San Mateo, de nuevo volvía a hacer una llamada: “Venid todos a la boda”.
En resumen, las lecturas de hoy, eran una invitación a peregrinar por este mundo con alegría y con esperanza. Envueltos en el Amor de quien nos amó primero: Dios Padre, en su Hijo, por el Espíritu. Peregrinar, sí, pero con la mirada puesta en la eternidad, en esa Vida que nos espera para siempre. No es extraño, por eso, que el Sr. Obispo de Avila, haya querido invitarnos, en este Año Jubilar, y a modo de slogam a “Caminar con determinación”.
Este caminar con determinación desea expresar dos dimensiones de la vida y de la obra de Santa Teresa de Jesús. Por un lado, ella fue la “Andariega de los caminos internos y externos del Señor Jesucristo”. En esos caminos puso todo su empeño, todo su ser, toda su fuerza de enamorada del Señor. Porque, cuando hay vida y fuerza interior, cuando está tan dentro el Señor, se pueden andar y recorrer todos los caminos para sembrar la presencia y el Amor de Jesucristo.