Raúl Berzosa: «La Providencia ha dispuesto el año franciscano como un verdadero regalo para este pueblo y para esta tierra»
Queridos todos: Comienzo estas breves palabras, transcribiendo a su vez, las del Cardenal Gianfranco Ravasi, Presidente del Pontificio Consejo para la Cultura, que nos llegaron el día 9 de julio: “Recibí su carta del pasado 18 de Junio… Como comprenderá, a tan poca distancia de la inauguración, me es de todo punto imposible participar en ella. El Consejo estará suficientemente representado por usted, que es miembro de él y así podrá decirlo a los presentes en sus palabras de saludo… En su carta me solicitaba también el patrocino del Consejo para esta muestra; petición que, viniendo de usted, acojo con mucho gusto. Toda iniciativa orientada a poner de relieve el patrimonio artístico de la Iglesia como expresión de una fe que se ha hecho cultura, puede contar con el apoyo de este Consejo. Es la “via pulchritudinis”, la belleza como camino de evangelización, para hablar a los hombres de Dios y para acercar a Dios a los hombres a través de las manifestaciones del arte”.Hasta aquí las palabras del querido Cardenal Ravasi.
He vuelto a leer, durante los últimos meses, el afamado libro de E.LECLERC,La sabiduría de un pobre (Edit. Marova, Madrid 1970). Me ha sorprendido su viva actualidad. En él se afirma que “Dios permite las crisis y las pruebas terribles (individuales y comunitarias), con sentimientos incluso de fracaso. Y Dios nos espera ahí para unapurificación (p. 23)”. Y, un poco más adelante: “Dios mismo sigue llevando adelante su obra; todo hay que interpretarlo desde la parábola del trigo y la cizaña: el Señor los deja crecer juntos…Dios no participa de nuestros miedos ni de nuestro orgullo ni de nuestras impaciencias. Sabe esperar como sólo Dios sabe esperar, como un Padre espera. Espera siempre hasta el fin. Porque, aunque haya basura, recoge siempre más trigo que cizaña. Dios no mira las apariencias sino “con ojos y tiempo” de misericordia… El tiempo de Dios no es como el nuestro. El tiempo de Dios envuelve y abraza todo y a todos de forma diferente. El corazón de Dios no late al mismo ritmo que el nuestro. Tiene su propio movimiento: el de su eterna misericordia que no envejece nunca y que se extiende de edad en edad. Para vivir en el tiempo de Dios hay que tener el corazón mismo de Dios. La sabiduría está en este secreto: aprender a vivir el tiempo de Dios (pp.81-82).
¿A dónde deseo llegar con esta larga cita? -Para algunos, Verano es sinónimo de vacaciones. Por desgracia, este año, muchos no podrán permitirse el gozar de unos días de descanso y de cambio de ambiente y de gentes. La crisis sigue azotando a la mayoría de nuestras familias, empresas y comercios. Y, como de las debilidades y los retos hay que sacar fortalezas y alternativas, los mirobrigenses-civitatenses tendremos “eventos de lujo” durante los meses estivales: conciertos, conferencias y actividades culturales ricas y variadas. Y una exposición de verdadero lujo: Francisco. La Providencia ha dispuesto el año franciscano como un verdadero regalo para este pueblo y para esta tierra. ¡Que sepamos aprovecharlo y enriquecernos!…No sólo materialmente, sino cultural y espiritualmente.
Muchas gracias, hoy y en este lugar, a quienes han hecho posible este evento de arte y de fe. Ha sido un milagro: “muchos pocos, para entrelazar un mucho”. Gracias especialmente a los Comisarios de la Exposición (D. Juan Carlos Sánchez y D. Eduardo Azofra), a la Diputación Provincial, a la empresa Feltreros, y a todos cuantos han colaborado y colaboran bajo el paraguas de la Fundación Ciudad Rodrigo. Entre todos hacemos posible “no” el que se olvide la memoria de San Francisco por nuestra tierra – que nunca se ha olvidado- pero “sí” el que se le ame mucho más y el que nuestra ciudad y Diócesis sigan siendo bendecidas por él. ¡Paz y bien a todos! ¡Disfrutad de esta belleza y de su mensaje! + Raúl, Obispo de Ciudad Rodrigo