Raúl Berzosa: «La Iglesia, en todo el mundo, está dando ejemplo de lo que nos pide el Papa Francisco»
Queridos hermanos sacerdotes, queridas consagradas, queridos todos:
Nos ha reunido en este templo un importante evento: la Jornada mundial del Enfermo. El día 11 de febrero, memoria de la Virgen de Lourdes, se celebraba la XXIII Jornada Mundial del Enfermo, instituida por San Juan Pablo II, y que este año tiene por lema una expresión del libro de Job: “Yo era los ojos del ciego, los pies del cojo” . En su mensaje el Papa Francisco nos invitaba a meditar desde la “Sapientia cordis”, es decir, desde la sabiduría del corazón. Y, entre otras casas destacaba: “Me gustaría recordar de nuevo la absoluta prioridad de salir de uno mismo hacia el hermano, como uno de los dos mandamientos principales y como el signo más claro para discernir el crecimiento espiritual en respuesta a la donación absolutamente gratuita de Dios» . Porque de la misma naturaleza misionera de la iglesia surgen «la caridad efectiva hacia el prójimo y la compasión que comprende, asiste y promueve» .
La Iglesia, en todo el mundo, está dando ejemplo de lo que nos pide el Papa Francisco. Según los datos del último “Anuario Estadístico”, publicado por la Agencia Fides, los institutos sanitarios, de asistencia y beneficencia católicos son en total 115.352 y comprenden: 5.167 hospitales, la mayoría en América y África ; 17.322 dispensarios, la mayor parte en África , América y Asia ; 648 leproserías distribuidas principalmente en Asia y África ; 15.699 casas para ancianos, enfermos crónicos y personas con discapacidasd, en su mayoría en Europa y América ; 10.124 orfanatos, principalmente en Asia y América ; 11.596 guarderías, la mayoría en América y Asia ; 14.744 consultores matrimoniales distribuidos en gran parte en América y Europa ; 3.663 centros de educación o reeducación social y 36.389 instituciones sanitarias y de promoción humana. Y, detrás de los números, miles y miles de consagrados y voluntarios y profesionales laicos.
Pero no hace falta mirar lejos de nuestras fronteras. Aquí mismo, en Lumbrales, las Hermanas Agustinas del Amparo, nos dan ejemplo de lo que es la atención a los más enfermos y mayores. ¡Qué lujo y qué grandeza, aunque a veces no sepamos reconocerlo! ¡Gracias, de corazón, hermanas por vuestra entrega y generosidad!
En verdad, en la Iglesia de hoy, se cumple lo que hemos escuchado en las lecturas: como en la primera, tomada del Levítivo, no permitiremos que los leprosos, tengan que estar apartados, fuera del campamento; para la Iglesia, todos los enfermos tienen que estar en casas de acogida, de asistencia y de curación, con atención digna y humana. Con el Salmo 31, hemos repetido que el “Señor es nuestro refugio” y, por eso tenemos que ser refugio y auxilio de los más necesitados. Por eso, el Apóstol San Pablo, en su Carta a los Corintios, nos pedía que siguiéramos su ejemplo porque él, a su vez, seguía el ejemplo de Cristo. ¿Qué hizo Cristo?… – Principalmente, lo que nos muestra el Evangelio de hoy: curar a los enfermos y estar cerca de los más necesitados. Que el Espíritu Santo que, transformará el pan y el vino en el Cuerpo y Sangre del Señor, nos ayude en la dura tarea de acompañar a nuestros enfermos día y noche y que María, fuente de Salud, sea nuestro modelo.
Gracias a todos cuantos habéis participado en los actos organizados por la Delegación de Pastoral de la Salud. Gracias especiales a D. Isidoro y a su equipo.
+ Raúl, Obispo de Ciudad Rodrigo