La Pasión de la diócesis llegará a tres localidades
El Departamento de Evangelización y Nuevas Tecnologías de la Diócesis civitatense representará la pasión en este año de 2014 en Serranillo (Sábado día 12 a las 20.00 h.), El Claustro de la Catedral y la Plaza de Amayuelas (domingo de Ramos, día 13 de abril a las 22.00 h). y en Sancti-Spiritus (martes santo, día 15 a las 22.00 h.)
El año pasado se cumplían 20 años cargando con la cruz por parte de un grupo de jóvenes. Este año más de 40 jóvenes vuelven de nuevo a poner en escena esta apasionante representación. La misma historia llevada a cabo siempre con novedades y con esmero por parte de este grupo de jóvenes, que además de ensayar y representar pretenden hacer vida lo que significan estos acontecimientos centrales para la vida delos creyentes.
Música en directo con la colaboración especial de En3jaz, y una gran diversidad de personajes nos acercan de manera hermosa y elegante a las últimas horas de Cristo.
Este año, como otros muchos, se estrena la Pasión en un pueblo pequeño, como gesto de acercamiento a los más pequeños.
El Claustro con su magia será la gran novedad de Ciudad Rodrigo, junto con la crucifixión en medio de la muralla, en el mismo corazón de la Plaza de Amayuelas. Y En Sancti-Spiritus, lugar al que la Pasión va por primera vez.
El Departamento de Evangelización y nuevas Tecnologías quiere agradecer la colaboración de los Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo y Sancti-Spiritus, del Cabildo de la Catedral de Ciudad Rodrigo, de las Parroquia de Sancti-Spiritus y de Serranillo, de la Asociación de Serranillo, del Centro de Recursos de Civitas A.T. y de la agrupación musical En3jazz.
En medio de un acontecimiento de primer orden para nuestra diócesis: la Asamblea Diocesana, queremos que estas representaciones nos ayuden a conocer más vivamente al Señor y sirvan para seguir prendiendo la mecha de la fe en muchos jóvenes.
Por último, que el recuerdo del paso de san Francisco de Asís por nuestra diócesis hace ahora 800 años, nos impulse a amar apasionadamente la Cruz de Cristo, de la que era tan devoto san Francisco y nos ayude a gritar a todos aquel mismo grito suyo por las calles y pueblos del norte de Italia: “el Amor no es amado”.