Hoy ha comenzado la 17º edición del Encuentro de Empleados y Voluntarios de Obras Misionales Pontificias, que en esta ocasión tendrá lugar de forma virtual, centrado en la reflexión sobre una de las cuatro Obras, la Pontificia Unión Misional. El delegado de Misiones, D. José María Rodríguez-Veleiro, ha particiado en este encuentro anual, organizado por Obras Misionales Pontificias y la Comisión de Misiones de la Conferencia Episcopal, ofrece un espacio de encuentro y formación para todos aquellos que trabajan en las delegaciones de misiones, y en la dirección nacional de OMP, en la retaguardia de los misioneros. 127 inscritos están disfrutando vía zoom de estas jornadas que tienen lugar hoy y mañana.
En los últimos años, este encuentro ha hecho un repaso en cada edición de cada una de las Obras Misionales Pontificias. Faltaba la Pontificia Unión Misionera (PUM), y por eso las Jornadas de este año se centrarán en ella. Esta Obra Pontificia es sin duda la más desconocida, al no tener jornada propia, pero es la que ofrece formación misionera al pueblo de Dios y actúa de impulso de las otras tres Obras (Propagación de la Fe –Domund-, Infancia Misionera y San Pedro Apóstol –Vocaciones Nativas-). De hecho, el Papa Juan Pablo II le nombró como el “alma” de las OMP.
El encuentro ha comenzado con una oración y las palabras de bienvenida de monseñor Francisco Pérez, arzobispo de Pamplona y Tudela y presidente de la Comisión Episcopal de Misiones y Cooperación entre las Iglesias. Monseñor Francisco Pérez ha agradecido la presencia virtual de todos los asistentes, y les ha ofrecido un cariñoso saludo de parte del Papa Francisco. El prelado ha contado la historia de Teresita -una niña de Madrid de 7 años que tiene cáncer- que ha pedido ser misionera. Asimismo ha pedido por los fallecidos en la pandemia, y por los misioneros que están “al pie del cañón”. Por último, ha afirmado que Cristo, el verdadero misionero, está presente en este encuentro.
Por su parte, José María Calderón, director nacional de OMP, ha dado la bienvenida y ha agradecido el trabajo de todos en este año tan complicado, porque gracias al trabajo de todas las diócesis se ha podido sacar adelante las campañas e iniciativas misioneras de todo el año, desde que en marzo comenzó la pandemia. Posteriormente ha pasado a explicar el programa de las jornadas, centradas en la Pontificia Unión Misional. El director de OMP, ha subrayado que aunque esta obra es la menos conocida, no por ello es la menos importante, porque fomenta la oración, la ofrenda y la formación.
Sólo un clero misionero puede animar misionalmente todo el Pueblo de Dios
La conferencia inaugural de las XVII Jornadas de Empelados y Voluntarios de OMP ha corrido a cargo de Fernando García Rodríguez, sx, superior general de los Misioneros Javerianos, con el título “Francisco y el espíritu de la PUM”. Desde la casa general de la congregación en Roma, ha hecho un repaso histórico de esta Obra –cuyo nombre original fue “Unión Misional del Clero”-. Fundada por el beato Pablo Manna en 1916, nació para impulsar el espíritu misionero de los sacerdotes, porque “estaba convencido que sólo un clero misionero podía animar misionalmente todo el pueblo de Dios”. El primer presidente de la Obra, tal como ha explicado Fernando García, fue Mons. Guido M. Conforti, Obispo de Parma y fundador del Instituto de los Misioneros Javerianos.
El superior general de esta misma congregación ha mostrado cómo esta iniciativa particular fue asumida en 1937 como una de las Obras Misionales Pontificias, y en 1956, por voluntad del Papa Pio XII, pasa a llamarse “Pontificia Unión Misional”, con la que es conocida actualmente. Según ha mostrado el javeriano Fernando García, en la carta apostólica Graves et increscentes, el Papa Pablo VI establece los objetivos de esta Obra: formar e instruir a los sacerdotes en la tarea misionera de la Iglesia, sostener las vocaciones misioneras, promover la recogida de ayuda económica para los misioneros y la educación misionera del pueblo de Dios.
Tras hacer un repaso por el magisterio pontificio sobre la PUM, Fernando García ha puesto el foco en el mensaje que el Papa Francisco dirigió a la Asamblea General de OMP el pasado mes de mayo. En él, el Papa recordaba que el protagonista de la misión es el Espíritu Santo, y que la misión nace de un corazón enamorado que se ha encontrado con Cristo. Asimismo, Francisco invitaba a la urgencia de la renovación de OMP, para evitar toda tentación de auto referencialidad y funcionalismo. Según ha explicado el superior general de los javerianos, el Papa pidió en ese mensaje a las OMP volver a los orígenes y encontrar formas nuevas y creativas para desarrollar el carisma -fundado en el binomio oración-cooperación-, e insertarse más en las parroquias e iglesias locales.
Y por supuesto, según ha subrayado el javeriano, uno de los puntos esenciales defendidos por el Papa es que la misión no se reduzca a la ayuda a los pobres exclusivamente. “Que nadie ni nada nos quite la alegría e urgencia de anunciar y testimoniar el amor de Dios manifestado en Jesucristo, a través de la acción del Espíritu Santo”, ha concluido Fernando García. Tras sus palabras ha tenido lugar un debate, en el que se ha puesto de manifiesto la importancia de la oración en un doble sentido: por un lado como relación personal con Cristo sin el que la misión no tiene sentido, y por otro lado como acompañamiento de los misioneros y de las comunidades jóvenes.
Al final de la mañana, se ha explicado qué es el Fondo de Nuevo Evangelización de la Conferencia Episcopal Española, que desde hace unos meses ha dejado de pertenecer a la Secretaría General del episcopado y ha pasado a formar parte de la Comisión Episcopal de Misiones. Y por ello, su director, Juan Martínez, ha querido explicar su identidad y procesos ante trabajadores de las delegaciones, que a partir de ahora tendrán relación directa. Según ha explicado, este Fondo nació en 1997 como una iniciativa generosa de los obispos para sostener proyectos pastorales en las iglesias más pobres. En 2020 se sostuvieron desde este Fondo 219 proyectos pastorales, y esperan seguir ayudando con la ayuda, desde ahora, de las delegaciones de misiones de las diócesis.