El 25 de septiembre de 1994, hace 25 años, Mons. Julián López se convirtió en obispo de la Diócesis de Ciudad Rodrigo y precisamente, en la Catedral de Santa María y en el día en el que el presbiterio celebra su convivencia de Navidad, ha querido festejar esa fecha, esas bodas de plata episcopales.
El actual obispo de León y hasta 2002 de Ciudad Rodrigo, mostró en varias ocasiones su afecto por esta diócesis, «nunca me he olvidado de Ciudad Rodrigo y mi padre tampoco, siempre la recordaba con un profundo cariño».
Para López, Ciudad Rodrigo es una ejemplo de «la importancia de las pequeñas Iglesias, un icono de la representación de las Iglesias de los apóstoles».
El prelado significó que «miramos al futuro con asboluta confianza, el Señor proveerá», al tiempo que en su caso, 25 años después de su llegada a la diócesis, «aquellos lazos de comunión sacerdotal y fraterna no solo permanecen sino que se han acrecentado con el paso de los años».