La Diócesis de Ciudad Rodrigo, a través de su Delegación de Misiones, ha celebrado la X Marcha Misionera a Ivanrey coincidiendo con la Jornada de la Infancia Misionera.
Más de 200 personas han participado en esta actividad que comenzó en el patio de las Misioneras de la Providencia con la bendición del obispo Administrador Apostólico, Mons. Jesús García Burillo, que ha realizado todo el recorrido y presidido la Eucaristía en Ivanrey.
Ha sido una jornada festiva pero también de reflexión a través del mensaje de este año: ‘Con Jesús a Egipto’. Precisamente en su homilía el obispo se refirió a esas migraciones que Jesús realizó a lo largo de su vida.
Hay que recordar que a través de la Infancia Misionera, los niños ayudan a otros niños, así, 15 millones y medio de euros fue la cantidad que niños de todo el mundo destinaron el año pasado a los proyectos de Infancia Misionera. Con este dinero se pudo ayudar ayudaron a que 4 millones de niños pudieran tener una vida mejor, con un hogar, educación, medicinas… además de conocer a Jesús. Y es que lo que une a los niños que dan estos donativos y a quienes los recibe son los valores evangélicos y misioneros del amor a los demás, el compartir y la apertura de corazón.
En el año 2018, en España la recaudación económica de las diócesis españolas para Infancia Misonera fue de 2,4 millones de euros y en el caso concreto de la Diócesis de Ciudad Rodrigo ascendió a 4.215,04 euros.
Durante todo el año se promueven actividades misioneras en colegios, parroquias y comunidades, invitando a los niños a rezar y a vivir como pequeños misioneros en sus ambientes. El Papa Francisco explicaba con claridad el porqué de la Infancia Misionera en el libro entrevista recientemente publicado “Sin Él no podemos hacer nada”: “Es hermoso que a los niños se les muestre desde pequeños que el anuncio del Evangelio, el anuncio de la historia de Jesús, es dinámico, y también que ellos pueden contar la historia de Jesús a sus amigos. Y es hermoso asimismo que puedan aprender desde pequeños a pensar en las personas, en los pueblos y mundos lejanos, por los que ellos también pueden rezar alguna oración o aprender a hacer una pequeña ofrenda”.