Mons. García Burillo tiene en este martes, un mensaje para todas esas comunidades dispersas en los pueblos de la Diócesis. Muchas de ellas, en este tiempo de primavera y sobre todo, de Pascua de Resurección, hubieran celebrado y festejado a Cristo o las diferentes advocaciones de la Vigen. No ha podido ser de la manera habitual pero «siguen estando ahí». «Esos Cristos son para nostros el centro de nuestra redención, el recuerdo de la presencia viva de Dios a quien acudimos con nuestra oración».