Información facilitada por el sacerdote D. Juan Carlos Sánchez.
El Ayuntamiento de El Maíllo, secundando la voluntad y el deseo de todo el pueblo, ha colocado un tótem de granito con varias inscripciones en memoria del que fuera su párroco. D. Alfredo Ramajo y que falleció el pasado mes de marzo como consecuencia del coronavirus. Además, la plaza en la que se ubica la iglesia también llevará su nombre a partir de ahora.
El acto de homenaje ha tenido lugar en este domingo 4 de octubre al concluir la Santa Misa de la fiesta en honor a la Virgen del Rosario. Este día tan simbólico y representativo para el pueblo quedará ya en la memoria de sus vecinos, por este acto de homenaje. La parroquia también ha querido vivir este momento como algo singular y preparó en la víspera, una vigilia para el comienzo de las catequesis con la presencia de los adolescentes y jóvenes y con sus padres, la vigilia llevaba por título “Tiempo de la Creación. Vigilia de oración por el cuidado de la Creación”. La vigilia tuvo como telón de fondo la fiesta de san Francisco de Asís, que siempre está muy presente en la fiesta del pueblo con celebración de san Francisco el día siguiente al domingo de la fiesta.
El Pueblo de El Maíllo ha vivido de manera especialmente sentida la muerte D. Alfredo Ramajo, tan presente en la vida del pueblo desde hace 20 años, cuando llegó a la parroquia de santa María Magdalena de El Maíllo en octubre del año 2000, hace ahora precisamente 20 años.
Suspendidas las fiestas como en el resto de municipios por causa de la pandemia, sólo ha tenido lugar la Misa presidida por el párroco el Rvdo. D. Juan Carlos Sánchez Gómez, a las 12,30 h. , sin procesión ni ofertorio a la Virgen como era habitual, y tras la Eucaristía se procedió a descubrir el Monumento por parte del Alcalde, D. Juan Manuel Villarón, con la presencia del resto de concejales y de los vecinos de la localidad. Al acto no se quiso dar publicidad precisamente para evitar aglomeraciones de gente y poder cumplir con las medidas sanitarias de distanciamiento.
En el momento del descubrimiento del Monumento tomó la palabra el concejal D. Mario Martín Merchán, dijo que este acto era de todo el pueblo en agradecimiento y recuerdo de D. Alfredo, que siempre estaría en nuestro recuerdo y que se habían puesto en el monumento algunas de las palabras que decía frecuentemente Aldredo. D. Juan Carlos Sánchez, bendijo el tótem y la plaza bautizada con el nombre de Plaza de D. Alfredo Ramajo, párroco de El Maíllo.
D. Juan Carlos Sánchez manifestó que el mejor recuerdo y homenaje, es seguir su estela, seguir su senda, aprender de sus mejores aportaciones…colaborar en todo y con todos, como él hizo. Que cuando Alfredo se asome y nos mire desde arriba, vea a un pueblo unido, a una asamblea parroquial viva.
Estuvo presente el otro párroco “in solidum”, D. Fernando Sánchez Tendero y arcipreste quien indicó que un día como hoy hacía cinco años tomó posesión de estas parroquias junto don D. Alfredo Ramajo y D. Tomás Muñoz. Agradeció al pueblo de El Maíllo la acogida que siempre tuvieron con D. Alfredo y dio las gracias a todo el pueblo en nombre de los compañeros sacerdotes de la diócesis y en nombre del arciprestazgo. Estuvieron también presentes los dos compañeros del Arciprestazgo, D. Isidoro González y D. Dionisio Calvo, que se fueron incorporando según terminaron las celebraciones de sus parroquias.
Contenido de las inscripciones del Totem.
El monumento tiene tres lados.
En la parte frontal, con el escudo del pueblo figura el nombre de la Plaza: Plaza de D. Alfredo Ramajo, párroco de El Maíllo.
Debajo de este nombre un texto entre comillas que recuerda palabras de D. Alfredo:
“Llegué hasta vosotros abrí un surco y sembré mi vida que perdurará en este pueblo que ya era tan mío como vuestro”
En el mismo frontal se puede leer en la placa:
Tu elegancia, tu saber estar, siempre en tu sitio, tu diálogo cautivador, te definen como un hombre culto y tenaz, ganándote el cariño y respeto de este pueblo, siendo luz para nosotros, abriendo camino en nuestras vidas a la vez que nos entregabas la tuya, tu testimonio nos hará crecer.
Tu voz imponente sonará siempre en nuestros corazones.
Y como siempre nos decías: “Intentaremos pasar un Feliz día y lo que Dios quiera será”
El lado derecho del monumento, con una imagen de la Virgen de la Peña de Francia, figura la Ronda de la Virgen de la Peña:
A la hora de los maitines
durmiese en Francia Simón
y al acabar los latines
oyó esta divina voz:
«No te duermas, Simón, vela,
mi imagen está escondida
en una peña lejana
y tú debes descubrirla».
CORO
Siete años costó
al buen fraile, la Peña buscar,
pero al fin quiso Dios
que en España la fuese a encontrar.
Con ser tan blando tu pecho
te llaman la de la Peña
y siendo de Salamanca,
el nombre de Francia llevas.
A tu Peña he de subir,
clavel de la tierra charra,
pues no me quiero morir
sin verte otra vez la cara.
Y en el lado izquierdo, figura el soneto de José Luis Martín Descalzo, que se leyó precisamente en los funerales del 20 y 21 de julio pasado en las parroquias donde había estado de párroco, también en el Maíllo.
«Y entonces vio la luz. La luz que entraba
por todas las ventanas de su vida.
Vio que el dolor precipitó la huida
y entendió que la muerte ya no estaba.
Morir sólo es morir. Morir se acaba.
Morir es una hoguera fugitiva.
Es cruzar una puerta a la deriva
y encontrar lo que tanto se buscaba.
Acabar de llorar y hacer preguntas;
ver al Amor sin enigmas ni espejos;
descansar de vivir en la ternura;
tener la paz, la luz, la casa juntas
y hallar, dejando los dolores lejos,
la Noche-luz tras tanta noche oscura».
(José Luis Martín Descalzo,
“Testamento del Pájaro Solitario”)