El Obispo Administrador Apostólico, Mons. Jesús García Burillo, ha participado esta mañana, en el acto de presentación del convenio de colaboración entre la Diócesis y la Diputación de Salamanca que permitirá la rehabilitación de varios templos. El presidente de la Diputación, Javier Iglesias, ha ejercido de anfitrión en un acto en el que también estaban los obispos de Salamanca y Plasencia, Carlos López y José Luis Retana, respectivamente, cuyas diócesis han firmado sendos convenios.
Gracias a la renovación de este acuerdo para los próximos dos años y a la colaboración entre la Diputación de Salamanca y las tres diócesis, se destinarán a la conservación de las iglesias y ermitas de la provincia un total de 960.000€. En concreto la diócesis de Salamanca destinará 600.000€, la de Plasencia 120.000€ y la de Ciudad Rodrigo 240.000€. Dichos importes son financiados al 50% por el obispado y por la Diputación.
Mons. García Burillo reconoció que las parroquias acogen las obras con «entusiasmo» y se mostró partidario de mantener el convenio de colaboración «por muchos años porque será un bien para nuestras gentes».
Identificó a los templos como elementos simbólicos de cada localiad que «no se pueden rechazar sino mantener».
Gracias a la existencia de este convenio se han realizado actuaciones en iglesias y ermitas con una inversión de más de 8,8 millones de euros desde que se puso en marcha el año 1997. Sólo en el pasado ejercicio 2019-2020 se realizaron 19 obras gracias a una inversión de más de 1M€. Los trabajos se desarrollaron en la Diócesis de Salamanca (7), la Diócesis de Ciudad Rodrigo (7) y Diócesis de Plasencia (5).
El presidente de la Diputación, Javier Iglesias, puso en valor este acuerdo, gracias al cuál se conservan iglesias y las ermitas que son, en la mayor parte de los pueblos de la geografía salmantina, “el edificio más representativo de nuestras localidades”, el eje “en torno al que se unen todos los vecinos en sus fiestas patronales” y “punto de encuentro en el que celebran las ceremonias más importantes de sus vidas” además “del patrimonio más valioso que custodian los pueblos, no sólo desde el punto de vista inmaterial, sino también del material”