El Obispo Administrador Apostólico, Mons. Jesús García Burillo, ha presidido la Eucaristía en la Catedral de Santa María en la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo.
Numerosos fieles han secundado esta cita que en lo que a la procesión se refiere tiene una particularidad. Durante el año se organizan en una diócesis muchas procesiones, siempre con normativa del Obispo. Pero en la solemnidad del Corpus Christi, es el propio Obispo quien la promueve como testimonio público de veneración a la Eucaristía. Ordinariamente se tiene por las calles con gran belleza y participación de los fieles, pero dada la situación en que nos encontramos, por segundo año consecutivo la procesión el Santísimo Sacramento hoy, se ha celebrado por el interior de la catedral al modo de las minervas, antes muy frecuentes y ahora todavía perseverantes en algunos templos. Se ha realizado con solemnidad y a la vez con sencillez.
Las palabras del Obispo en la homilía se han centrado en el amor, en la caridad cuando se trata de un amor a lo divino. Es el mensaje de la Iglesia en este día, fundado en la liturgia, que recuerda a Cristo en la última Cena, haciendo entrega de su Cuerpo y de su Sangre, previa a la entrega sangrienta que haría al día siguiente, en el Calvario. En esta entrega, Cristo renueva la Alianza, que primero fue temporal, pero en Cristo, el Padre la realizó Nueva y de una manera definitiva. “Esta es mi sangre de la Alianza”, pronunció Cristo y repite el sacerdote. Un pacto que nos asegura el amor supremo de Dios y nuestra implicación en el amor interhumano: amarás a tu prójimo como a ti mismo; amaos unos a otros como Yo os he amado.
Por eso, la fiesta de Corpus Cristi es también el día de Cáritas en la Iglesia. Este año el Papa ha fijado este lema: “seamos más pueblo”. Y nosotros lo practicamos avivando la proximidad, es decir, fijándonos en las necesidades de los demás; la fraternidad, comprometiéndonos con las carencias de los más vulnerables; y la esperanza, puesta en Dios para que nos ayude a construir un mundo de hermanos, con nuestro amor y su gracia. Ha sido muy importante el servicio que Cáritas ha hecho, especialmente este año, por razón de la pandemia. El Obispo ha invitado a todos a participar en este objetivo de ser más pueblo mediante el cuidado de los demás.