Invitado por la Abadesa, M. Magdalena, para saludar al antiguo Obispo de Ciudad Rodrigo, D. Julián López, el Obispo Administrador Apostólico, Mons. Jesús García Burillo, ha visitado el monasterio de El Zarzoso, donde se encuentra Don Julián pasando unos días de descanso y visita a la comunidad, que en buena parte existe gracias a su intervención. El Obispo ha celebrado la Eucaristía, acompañado de Don Julián y D. Ángel Olivera, que se recupera en tan precioso y sereno lugar de su importante accidente en la rodilla.
En su homilía ha comentado la figura de Santa María Magdalena, Apóstol de apóstoles, como fue llamada por S. Juan Pablo II, ya que recibió el encargo de Jesús Resucitado de anunciar a los discípulos la resurrección del Señor. María pasó de ser una mujer pecadora a recibir toda la confianza del Señor, manifestada en este hecho tras su resurrección. El Cantar de los Cantares describe a la esposa en busca ardiente del Esposo, símbolo del llanto de la Magdalena en el primer encuentro con Jesús y previo al descubrimiento del Resucitado, a quien ella confundía con el jardinero.
La celebración de la fiesta de la Abadesa ha terminado con un ágape, envuelto en los recuerdos de Don Julián sobre su bien recordado “primer amor”, como él llama a nuestra “pequeña diócesis”, expresión que recibió del Cardenal Re, en una entrevista mantenida con él hace años.