Un nutrido grupo de personas han acompañado esta tarde al sacerdote D. Juan José Hernández en la presentación en Ciudad Rodrigo de su libro ‘El Reino: la buena noticia de Dios’.
D. Juan Carlos Sánchez fue el encargado de conducir el acto en el día de la Memoria de San Jerónimo, «día muy emblemático», y destacó sobre el libro que se trata de «un estudio sobre el menaje central de Cristo».
D. Juan José firma un libro en el que realiza una concienzuda investigación sobre el significado del “Reino de Dios” (en Mateo, normalmente “Reino de los cielos”). Después de rastrear sus precedentes en el Antiguo Testamento y en la literatura intertestamentaria, examina con detalle los principales pasajes evangélicos relevantes para el tema. Además de analizar los textos bíblicos, el autor tiene en cuenta las conclusiones a las que han llegado numerosos exégetas y teólogos anteriores a él, especialmente a la hora de dilucidar cómo se compaginan la dimensión presente del Reino (“El Reino de Dios está entre vosotros”) y su orientación futura (“Venga tu reino”), cuestión discutida que Hernández Alonso aborda de manera equilibrada e integradora.
Durante su intervención el autor lanzó varias cuestiones, una de ellas fue «si la fe cristiana es capaz de ofrecer al mundo una visión nueva e integradora, un nuevo orden mundial, orientado a la realización integral del ser humano». En este sentido, se mostró «convencido de la acción salvadora de Dios en todos los tiempos y culturas, estimo que el concepto el Reino de Dios es el símbolo religioso más robusto, transformador y apropiado para iluminar a la sociedad actual, que trasciende cualquier barrera de corte cultural o ideológico y que afecta a la realidad total de la creación».
En esta presentación también intervino el Obispo Administrador Apostólico, Mons. Jesús García Burillo, que se refirió de manera concreta a las páginas 316-332 donde se describe «lo que podríamos llamar programa pastoral de la Iglesia: creer en Jesús, en su palabra, en su muerte, resurrección y glorificación junto al Padre. Y, al mismo tiempo, servir al Reino de Dios con sus valores propios: apreciar el definitivo tiempo de Dios en la historia de la salvación, la alegría de sentir la cercanía de Dios, la gratitud y sencillez del ser humano, la valoración de la vida humana y de la dignidad de la persona, la actitud de servicio y la entrega total al prójimo, la sólida y confiada esperanza en la realización completa del ser humano, la fuerza y constancia que nacen de poseer en anticipo la vida gloriosa de Dios, haciendo de nuestra vida una peregrinación esperanzada entre las fuerzas del mal, y la victoria absoluta de Dios».
Intervino además, D. José Sánchez González, Obispo Emérito de Sigüenza-Guadalajara.