Recuerda el sacerdote don Manuel Peláez que «antes de tomar la comunión, ya montaba el Nacimiento».
De aquella primera experiencia aún conserva las cañizas o la caseta del pastor por lo que esas piezas, entre las muchas que se muestran en su Nacimiento, tienen un valor muy especial.
Poner un Nacimiento en casa ayuda a meditar en el misterio de la Navidad y el de don Manuel invita a reflexionar sobre el gran misterio de Dios hecho hombre por amor al hombre.
El montaje lo realiza en varias alturas y necesita un par de días para terminar el trabajo.
Las dimensiones son las máximas que da el espacio y cada año tampoco falta la felicitación navideña que el mismo sacerdote pinta. En esta ocasión la frase que ha elegido es la siguiente: «En casa ÉL es la luz».