La Orden de Predicadores, los dominicos, cuentan desde hoy sábado, con 27 nuevos intercesores en los altares, mártires de la persecución religiosa en la España de los años treinta del siglo pasado, que han sido declarados beatos en el curso de una ceremonia que se ha celebrado en la Catedral de Sevilla y que ha presidido el cardenal Marcello Semeraro, prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos.
Uno de esos nuevos beatos es Fernando García de Dios, novicio para hermano cooperador.
Nació en San Felices de los Gallegos el 30 de mayo de 1916 y sus padres fueron porteros de la comunidad de Agustinas de San Felices de los Gallegos donde el nuevo beato sirvió de monaguillo en su iglesia.
En 1931 fue a la escuela apostólica de Almagro y comenzó los estudios de humanidades, pero al cabo de tres años enfermó de la vista y pidió pasar a hermano cooperador. Tomó el hábito el 8 de septiembre de 1935. Comenzó entonces el año de noviciado, que no llegó a terminar, porque le dieron muerte a los 20 años. Pueden venerarse sus reliquias en Sevilla.
Precisamente hasta la capital se han traslado en esta jornada de sábado, el párroco de San Felices de los Gallegos, D. Carlos Norberto, y varias hermanas Agustinas, además de un grupo de familiares.