El director de la revista Religión y Escuela , D. Antonio Roura Javier, con la colaboración de SM, ha sido el encargado de impartir una sesión formativa a los profesores de Religión Católica de la Diócesis, en concreto, sobre el Nuevo Curriculum de Religión Católica. La sesión se desarrolló en la Sala Civitatenense del obispado de Ciudad Rodrigo.
Con la presencia de los profesores de centros públicos y una profesora del colegio concertado Misioneras de la Providencia-Santa Teresa, se inició la sesión formativa que tuvo dos partes.
En la primera parte el ponente, citando al Papa Francisco, dijo que estamos ante un cambio de época, no es solo uno época de cambio y que los retos de la educación son enormes. La escuela no puede vivir al margen de este cambio de época, es ahí donde se enmarca la LOMLOE. A diferencia de otras leyes, lo que pretende esta ley es atender al mundo tan cambiante, donde se tiene que lograr en el los alumnos que sepan desenvolverse en la vida con pleno desarrollo personal y las claves para enfrentarse a este mundo, donde las personas tendrán que preparase para tener al menos 20 trabajos diferentes en su vida.
La educación, acudiendo a la mitología con el ejempló de la peripecia de Eneas, debe salvar al padre y al hijo. El proyecto educativo no puede cometer el error de salvar solo al padre o solo al hijo, debe lograr salvar a los dos para así enfrentarse a los retos impresionantes de esta nueva época. No se trata de que la escuela solo sirva para proyectarse en ella los educadores y los padres, sino para acompañar en esta travesía tan cargada de retos para los que nadie estamos preparados. No debes salvar en la educación tu presente, porque a lo mejor solo te proyectas a ti mismo… ahora las generaciones se miden por la tecnología que usas y este es el gran reto para la sociedad.
La sociedad actual se mide por la vitalidad, la incertidumbre, la complejidad y la ambigüedad. Desde el año 2010 todo ha cambiado porque ha cambiado el conocimiento. Antes tú podías poseer el conocimiento, hoy es el conocimiento el que te posee a ti. En estos brutales cambios la Enseñanza de la Religión está ahí o no estará, asume esto o será irrelevante. En este sentido en la ley de educación se tiene claro que no se trata de enseñar cosas, sino de aprender para toda la vida: se nos hace cuesta arriba eso, pero eso será su natural, ya no es te tienes que aprender esto, sino que tienes que aprender toda la vida. Si la enseñanza no descubre esto no ha entendido nada de la nueva época. Es imprescindible educar al alumnos para un pensamiento crítico a la hora de gestionar el conocimiento. El problema actual es que nuestro alumnos no son nada críticos y además podemos tener el riesgo de no enfrentarlos a resolver los problemas. Ahí es donde entra la cuestión del modelo educativo: no puedes educar a la gente pensando en cumplir solo objetivos, sino que debes preparar a tus alumnos desde las competencias claves, donde debes darle la llave para que aprenda a abrirse las puertas que se le podrán ir cerrando en el mundo tan complejo. Si la educación no logra esto fracasará y con ella empujará al fracaso de sus generaciones. No bastan las caricaturas que se hacen de la nueva forma de educar, aquí no estamos para resaltar las peleas políticas y enfrentamientos oportunistas e ideológicos, sino para ver en qué sentido la programación por competencias clave, que vienen de la Unesco y de Europa, puede ser un reto muy aprovechable para la Clase de Religión.
Esto es lo que entendió perfectamente la Conferencia Episcopal Española y puso a trabajar a grandes especialista y a todas las delegaciones de enseñanza de las diócesis y a equipos de las congregaciones religiosas para trabajar un nuevo curriculum de la enseñanza de la Religión. Fruto de ese trabajo ha sido la aprobación del curriculum y la publicación del mismo por el Ministerio. El nuevo currículo de la ERE podrá decirse, mejora la LOMLOE, puesto que se apoya tanto en los derechos de la Iglesia Española a enseñar al religión en virtud de los Acuerdos de la Iglesia con el Estado Español, cuanto en lo necesaria que es para una educación integral la aportación del Cristianismo en la construcción de la persona, en la propuesta de sentido y en la capacitación del hombre y la mujer para lograr una vida plena en esta sociedad. La enseñanza de la Religión debe lograr hacer una lectura creyente de la realidad a los alumnos para el futuro. Este es el plus que puede ofrecer un alumno que haya estudiado la asignatura de Religión.
La segunda parte de la Formación fue aterrizando en las ideas principales del Curriculum, en las competencias específicas propuestas por la Conferencia Episcopal para todos los niveles educativos, y la programación desde estas competencias. El profesor Roura fue comentando muchos detalles de esta programación con ejemplos concretos de situaciones de aprendiza y de criterios de evaluación y a través de SM y del Delegado de Enseñanza, se comprometió a entregar a los profesores muchos materiales para que cada uno pueda realizar la programación den cada centro.
La satisfacción de todos los presentes fue patente y el agradecimiento al ponente fue unánime. El mismo ponente se comprometió a venir en otras ocasiones para acompañar este camino complejo pero apasionante para la nueva etapa que se abre en la Enseñanza de la Religión Católica.
Crónica del Delegado de Enseñanza, D. Juan Carlos Sánchez.