Mons. José Luis Retana cumple este domingo, 8 de enero, un año como Obispo de la Diócesis de Ciudad Rodrigo y lo ha querido celebrar con una Eucaristía de acción de gracias que ha tenido lugar esta mañana, en la Catedral de Santa María.
Además de este primer aniversario de don José Luis al frente de la Diócesis Civitatense, el prelado no ha dejado de recordar al inicio de su homilía que hoy también, se celebra el bautismo de Jesús, «comienza su vida pública»; es un día «para renovar nuestro propio bautismo» y además, el patrón de Ciudad Rodrigo, San Sebastián, ha sido trasladado desde la parroquia de San Cristóbal hasta la seo civitatense.
El Obispo ha mirado brevemente hacia atrás, «para traer a la memoria orante y agradecida lo que en este año importante de mi biografía personal ha sucedido junto a las personas que el Señor ha puesto a mi vera».
Así, ha manifestado que «cualquiera puede comprender que ha sido una tarea ardua» y que con la dificultades de los inicios «era como si el Señor me quisiera mostrar, a su manera, la forma de ser Obispo que Él deseaba para mí: vas a ser Obispo de Ciudad Rodrigo y de Salamanca, pero a mí manera, vas a ser un instrumento frágil para que quede patente que yo soy el Señor y que tu ministerio episcopal es solo para que se muestre mi gloria y que todos puedan experimentar que yo puedo obrar a través de tu pobreza».
D. José Luis ha pedido al Señor estar en medio de la grey «como el que sirve», independientemente del lugar que ocupe en cada momento. «El pastor es inseparable del rebaño, cuya suerte comparte y vela con solicitud».
«Agradezco de corazón vuestra acogida, la paciencia y lealtad de los colaboradores cuyos rostros y nombres no puedo olvidar, porque me han ayudado a afrontar esta tarea como sucesor de los Apóstoles que me sobrepasa», ha dicho.
De igual modo, ha reconocido que ha sido «generoso» con su tiempo «y con mis fuerzas», al tiempo que «no he escatimado esfuerzos para acompañaros».
Ha calificado esta tierra como «noble y bella», con gente «que te acoge y acompaña en los viricuetos humanos donde la vida te va llevando».
Por último, ha querido «ser agradecido, pedir perdón y pedir gracia, sabiduría y fortaleza».
Al término de la Eucaristía, don José Luis ha saludado a los autoridades presentes y a los mayordomos de la Cofradía de San Sebastián.