El Obispo de la Diócesis de Ciudad Rodrigo, Mons. José Luis Retana, ha presidido en la Catedral de Santa María la Vigilia en la víspera de Pentecostés.
Esta celebración ha servido para festejar la venida del Espíritu Santo y «así recordar y actualizar el misterio de Pentecostés, cuando el Espíritu Santo descendió con fuerza sobre los Apóstoles, para comenzar la misión de la Iglesia en el mundo».
De manera especial se ha dirigido a los laicos, «Pentecostés, en efecto, sitúa el apostolado seglar en la unidad de la misión de la Iglesia y recuerda, además, que la misión de los laicos se caracteriza, ante todo, por ser Iglesia en el mundo», ha dicho don José Luis.
En este sentido, ha insistido en que como laicos «estáis llamados a ser discípulos misioneros de Cristo en la Iglesia y en el mundo, bautizados y enviados» y en cuanto a la dimensión eclesial, «es muy importante que os sintáis protagonistas, corresponsables y partícipes de la misión salvífica de la Iglesia», señaló.
En relación a la sinodalidad apuntó que para poder crecer en ese aspecto «es necesario que todos nos sintamos corresponsables en la misión de la Iglesia». Además, «este nuevo estilo evangelizador, marcado por la sinodalidad, evita que caigamos en la tentación del clericalismo, que es un mal demasiado frecuente en los sacerdotes y también entre los laicos».
Sobre el proceso sinodal apreció que «está insistiendo en que la comunión y la participación tienen como meta la misión, el anuncio del Evangelio». De igual modo, el camino sinodal «nos está invitando a sentirnos corresponsables en la misión evangelizadora. Hacer sínodo es hacer evangelización y, por tanto, sin comunión no hay evangelización. Al mismo tiempo, el anuncio del evangelio es generador de comunión entre todos y con el Señor».