Queridos hermanos y hermanas:
Nuestros corazones están llenos de tristeza y compasión por la devastadora noticia del terremoto que ha sacudido Marruecos, que ha dejado a su paso una estela de destrucción, sufrimiento y una pérdida insuperable para muchas familias.
En estos momentos, queremos expresar nuestra solidaridad y elevar nuestras oraciones por nuestros hermanos y hermanas marroquíes que están atravesando esta dolorosa tribulación. Nuestros pensamientos están con las familias que han perdido a sus seres queridos, con los heridos, los desaparecidos y aquellos que enfrentan las secuelas de esta tragedia. Oremos para que la luz de la esperanza brille en medio de la desesperación, y encuentren consuelo en el amor y la gracia de Dios.
Este domingo, en nuestras eucaristías, os invito a uniros en una oración especial por los afectados de este desastre, en particular por las víctimas y sus familias. Además, como gesto de solidaridad, os animo a colaborar con la campaña “Cáritas con Marruecos”, iniciada por Cáritas Española con el propósito de brindar asistencia humanitaria inmediata a los afectados y ayudarles a reconstruir sus vidas y comunidades.
En este momento de oscuridad, recordamos las palabras de nuestro Señor: “Porque tuve hambre, y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber; fui forastero, y me hospedasteis” (Mt 25,35). Sigamos su llamada a amar y cuidar a nuestros hermanos y hermanas marroquíes en estos momentos de dificultad.
Con mi afecto y bendición,
+ José Luis Retana, obispo de la Diócesis de Ciudad Rodrigo