El Obispo de Ciudad Rodrigo, Mons. José Luis Retana, ha presidido este lunes en la Catedral, la Santa Misa en la Solemnidad de la Natividad del Señor.
Don José Luis ha recordado, en primer lugar, el motivo de la celebración: «Nos reunimos esta mañana para decir públicamente a la sociedad, con este gesto, que la Navidad es una fiesta cristiana. Para decir bien alto que nosotros sí queremos acoger a Jesús, a su joven madre y a José sin darles portazos, que queremos dejarles entrar en nuestro corazón y en nuestra vida para que la llenen de luz y la hagan más humana y más divina, para que en nuestra familia haya más afecto verdadero y para que en nuestro mundo haya una vida de mayor fraternidad».
En otro momento de su homilía ha puesto el acento sobre el hecho de que la Navidad «se ha convertido hoy en una fiesta del comercio, cuyas luces destellantes quieren esconder el misterio de la humildad de Dios, que nos invita también a nosotros a la humildad y a la sencillez. Ciertamente existen muchas personas que se empeñan en vaciar de contenido religioso estas entrañables fechas, omitiendo muy calculadamente el nacimiento del Señor y, en definitiva, el hecho cristiano». Por otra parte, «no es la historia ajena y lejana de algo que sucedió hace muchos siglos, sino la narración de algo que sigue sucediendo en nosotros y entre nosotros».
Ha concluido señalando que en Navidad «nos ha nacido el príncipe de la paz. Los cristianos, estamos llamados en todo lugar a ser constructores de paz y apóstoles de reconciliación con el espíritu de las bienaventuranzas. Nunca debemos resignarnos a la falta de paz. La paz es posible. La paz es urgente. La paz es la condición indispensable para una vida digna de la persona humana y de la sociedad».