La vida religiosa desde la visión de un capellán en la Jornada Pro Orantibus

La Iglesia celebra en este domingo, 26 de mayo, la Jornada Pro Orantibus bajo el lema: «Contemplando tu rostro, aprendemos a decir: “¡Hágase tu voluntad!”». En ocasiones hemos hablado con las propias religiosas para conocer cómo es su día a día, pero en esta ocasión, preguntamos al capellán de las MM. Carmelitas de Ciudad Rodrigo, D. Manuel Peláez, por la vida en el convento.

Sobre el lema de esta jornada aclara don Manuel, «la mejor respuesta la darían las hermanas», pero dicho esto, explica que «es en el silencio del convento, en el recogimiento y en la paz en la que viven, contemplando el rostro, que es lo que hacen todos los días desde la fe, siempre están dispuestas a hacer la voluntad del Señor, y en esa voluntad su santificación, que es para lo que están, para santificarse ellas y pedir por la santificación de los demás».
El capellán las acompaña desde primera hora del día con la celebración de la Eucaristía, que comparten «con la pequeña porción del pueblo de Dios que va». Cuando llega por la mañana, las religiosas ya están en oración, lo mismo que por la tarde, cuando regresa a visitarlas de nuevo. «Ellas tienen su ritmo de oración y por eso son orantibus y contemplativas, para que con la oración y desde la oración se santifiquen y ayuden a santificar a los demás».

Sobre cómo ve la sociedad en general, la vida de estas religiosas, asume que «no se entiende ni su vida ni su actividad, sin embargo hay personas que sí lo entienden y tanto es así que acuden a pedirlas para que intercedan desde su actitud contemplativa ante el Señor, con las diversas necesidades que plantea la gente, empezando por mí, que soy el capellán y también las pido que recen por mí».

De igual modo, tanto las 13 monjas como el capellán hacen una serie de propuestas, «eso también es una oportunidad más para formarse en la vida porque no solo se trata de rezar sino que se trata de rezar, aprender y de vivir las cosas que como Iglesia también tienen que hacer realidad, tienen que ir escuchando la voz del Papa, sobre todo, para que la transmitan y la lleven a los demás desde su oración, desde su silencio y recogimiento».

El capellán lleva vinculado a este convento 70 años, desde que era niño, «desde que fui monaguillo y hasta este momento».
La percepción del niño era «con curiosidad», con el paso del tiempo comprendió «lo que eran ellas y lo que hacían por las demás, ahora las contemplo como personas desde su entrega y dedicación a Dios, están ahí intercediendo por todos y cada uno de nosotros», al tiempo que recuerda el lema de Teresa de Jesús, «con paciencia; la paciencia todo lo alcanza, quien a Dios tiene nada le falta, eso es lo que ellas viven desde ese estar en la oración».

Concluye que «su vida contemplativa y de oración no está reñida con la existencia del mundo», y mantiene que el estilo de vida de las Carmelitas no ha cambiado, «son muy fieles al espíritu de Teresa de Jesús y se lo van transmitiendo de unas otras con exactitud y precisión, la madre Teresa es la que marca su vida hasta el final».

Por último, pide que «sigamos mimando a las contemplativas que hay en la Diócesis», y que sirvan de recuerdo de que «en medio del mundo también está Dios, y que ese Dios que está entre nosotros, tiene a alguien que intercede por todos».

 

En las imágenes, D. Manuel Peláez, junto a Mons. Retana, en una celebración en la iglesia de las MM. Carmelitas.