Mons. José Luis Retana: «No se trata de vivir una Cuaresma más, sin que nada cambie en nuestra vida»

El obispo de Ciudad Rodrigo recuerda que este año coincide con el Año Jubilar, «y el papa nos ofrece algunas reflexiones sobre lo que significa caminar juntos en la esperanza y descubrir las llamadas a la conversión»

 

DELEGACIÓN DE MEDIOS

El obispo de Ciudad Rodrigo, Mons. José Luis Retana, presidió este Miércoles de Ceniza la eucaristía de las once en la Catedral, con la imposición de la ceniza como rito de inicio de la Cuaresma, que como remarcó en su homilía: «Expresando nuestro deseo de convertirnos, de cambiar de vida, de iniciar un nuevo camino desde la certeza de que el Señor va a acompañarnos y va a recorrerlo con nosotros». E interpeló que no se trata de repetir otra Cuaresma más, «sin que nada cambie en nuestra vida». El obispo cree que se trata «de ponernos al trabajo de la ascesis que puede cambiar nuestro corazón».

Asimismo, indicó que la Cuaresma, «es un tiempo favorable para la renovación personal, un tiempo de gracia y, bien vivida, siempre produce frutos generosos en nuestra vida». Y en esta ocasión, Mons. Retana insiste en que es «enriquecida» con el Año Jubilar, «y el papa Francisco nos ofrece algunas reflexiones sobre lo que significa caminar juntos en la esperanza y descubrir las llamadas a la conversión que la misericordia de Dios nos dirige a todos, de manera personal y comunitaria».

Y realiza una primera llamada a la conversión, «porque todos somos peregrinos en la vida». Además, recordó que la vocación de la Iglesia es caminar juntos, ser sinodales. «Los cristianos están llamados a hacer camino juntos, en compañía, nunca como viajeros solitarios, añadía Mons. Retana. También reconocía que el Espíritu Santo, «nos impulsa a salir de nosotros mismos para ir hacia Dios y hacia los hermanos, y nunca a encerrarnos en nosotros mismos».

JUNTO A LOS DEMÁS

En esta Cuaresma, aseguraba el obispo de Miróbriga, «Dios nos pide que comprobemos si en nuestra vida, en nuestras familias, en los lugares donde trabajamos, en las comunidades parroquiales o religiosas, somos capaces de caminar con los demás, de escuchar, de vencer la tentación de encerrarnos en nosotros mismos, ocupándonos solamente de nuestras necesidades». E interpelarse si somos capaces de trabajar juntos como obispos, presbíteros, consagrados y laicos, «al servicio del Reino de Dios; si tenemos una actitud de acogida, con gestos concretos, hacia las personas que se acercan a nosotros y a cuantos están lejos; si hacemos que la gente se sienta parte de la comunidad o si la marginamos».

Por otra parte, hizo una invitación a la conversión de la esperanza, «la de la confianza en Dios y en su gran promesa, la vida eterna«. Y la ascesis cuaresmal es un compromiso, «animado siempre por la gracia, para superar nuestras faltas de fe y nuestras resistencias a seguir a Jesús en el camino de la cruz». Mons. José Luis Retana invoca a que juntos como Iglesia peregrina en el tiempo, «vivamos esta Cuaresma, caminando con los que el Señor ha puesto a nuestro lado como compañeros de viaje».