Hace casi un año que la Diócesis de Ciudad Rodrigo constituyó el Fondo Diocesano de Solidaridad con el objetivo de hacer frente a diversas situaciones de carestía económica derivadas de la situación de pandemia que puedan afectar a las familias de la Diócesis, con el fin de complementar las actividades asistenciales y promocionales que vienen desarrollando Cáritas y las Conferencias de San Vicente de Paúl.
El fondo se constituyó con 75.000 euros aportados por la Diócesis y los donativos que han llegado hasta el momento, procedentes de parroquias y comunidades, religiosas, clero diocesano y seglares suman otros 35.150,05 euros. En total, los ingresos del fondo hasta la fecha han sido de 110.150,05 euros.
Los gastos, con los donativos distribuidos a través de Cáritas y las Conferencias de San Vicente de Paúl, se elevan a 29.246,35 euros, lo que arroja un saldo de 80.903,70 euros.
Llegados a este punto, el Obispo Administrador Apostólico, Mons. Jesús García Burillo, se ha dirigido, como ya hiciera hace casi un año, a los sacerdotes, religiosas y laicos de la Diócesis para que “coincidiendo con la Cuaresma que nos invita a la limosna, al ayuno y a la oración, os ruego que solicitéis a vuestras parroquias y comunidades alguna aportación económica, con el fin de que nuestro Fondo pueda prolongarse durante la previsible extensión de la pandemia”.
Esas aportaciones pueden enviarse a la cuenta bancaria: Unicaja ES24 2103 2221 9000 1001 4694 y pueden solicitarse las ayudas, bien a las parroquias, a Cáritas o a las Conferencias de San Vicente de Paúl. Tal y como indica el prelado, “hemos de dar gracias a Dios porque han sido muchas las necesidades que se han atendido con este Fondo”.
Mons. García Burillo recuerda una palabra del Papa en Fratelli tutti: “Anhelo que en esta época que nos toca vivir, podamos hacer renacer entre nosotros un deseo mundial de hermandad”.
Funcionamiento
El Fondo tiene un Protocolo de funcionamiento por el que se rigen todas las acciones además de los destinatarios de las ayudas: por una parte, unidades familiares o personas consideradas de modo individual, y por otra parte autónomos, empresarios o profesionales o sociedades familiares y titulares de pequeños negocios. De igual modo, están fijados los criterios para el acceso a la ayuda y la cuantía máxima de las mismas. A pesar de trazarse pautas generales, la Comisión estudia caso por caso, por lo que la ayuda puede variar según la necesidad y la situación de la familia o negocio.
La Comisión diocesana de seguimiento está presidida por el Obispo Administrador Apostólico e integrada por el Ecónomo diocesano, por un representante de Cáritas, otro de las Conferencias de San Vicente de Paúl y un asesor jurídico, si bien podrán incorporarse ocasionalmente otros miembros según las necesidades surgidas en cada momento o situación concreta.