La Iglesia en Ciudad Rodrigo vive con tristeza la pérdida del papa emérito, Benedicto XVI, fallecido este sábado, 31 de diciembre, a las 9:34 horas, a los 95 años, en el monasterio Mater Ecclesia del Vaticano. Su pontificado comenzó tras el fallecimiento de San Juan Pablo II, en 2005, hasta que presentó su renuncia tras casi ocho años en la Santa Sede, en 2013.
El obispo de Ciudad Rodrigo, Mons. José Luis Retana, ruega una oración por su alma en cada una de las parroquias y templos de la Diócesis. El prelado recuerda el primer saludo de Benedicto XVI como papa en la basílica de San Pedro, en abril de 2005: “Soy un simple y humilde trabajador de la viña del Señor”. El pastor de Ciudad Rodrigo subraya tras el fallecimiento del papa emérito, que “tras el gran pontificado de San Juan Pablo II, al que tanto ayudó con su humildad y sabiduría, le tocaba a él guiar a la Iglesia, siguiendo el Evangelio”.
Y resalta Mons. José Luis Retana, que, con esa misma humildad, el 13 de febrero de 2013, “comunicaba una decisión, madurada en su exquisita conciencia, examinada ante Dios, la falta de fuerzas necesarias, por la edad avanzada, para continuar guiando la barca de la Iglesia. Una decisión que él consideraba tomada por el bien de la Iglesia”.
En su última audiencia, en 2013, Benedicto XVI se mostraba conmovido y reconocía que la Iglesia “está viva”. Una de las últimas huellas que dejó en su pontificado fue proclamar el Año de la Fe, “para fortalecer nuestra fe en Dios en un contexto que parece rebajarlo cada vez más a un segundo plano”, apuntaba en su despedida el emérito.
El Obispo considera que, con esta difícil y delicada decisión, “Benedicto XVI mostraba su personalidad madura, su humildad y su fuerza espiritual, capaz de reconocer su debilidad y manifestar su renuncia al ministerio de Pedro”. Al respecto, el prelado de Ciudad Rodrigo recuerda sus palabras en el momento de su renuncia: “No abandono la Cruz, sino que permanezco de manera nueva junto al Señor Crucificado”.
Para Mons. José Luis Retana, “nos dejó Benedicto XVI un pontificado espiritual y humilde, marcado por la reflexión del teólogo que proporciona luz, destacando el deseo de llevar al centro de la vida cristiana y al mundo contemporáneo la cuestión de la fe y la nueva evangelización”. Asimismo, cree que el papa emérito, “quiso exponer adecuadamente la cuestión de la presencia y la fe en el espacio público, y combatió en todo momento la dictadura del relativismo e invitó a proclamar el Evangelio en un mundo secularizado”.
Durante su pontificado, el papa emérito escribió tres encíclicas, cuatro exhortaciones apostólicas y tres volúmenes de su obra “Jesús de Nazaret”, y realizó 24 viajes apostólicos fuera de Italia, y otros 24 en el interior del país.
Benedicto XVI vino por primera vez a España al Encuentro Mundial de las Familias, en 2006, y viajó por segunda vez a nuestro país en 2010, a Santiago de Compostela por el Año Santo, y a Barcelona, donde dedicó la basílica de la Sagrada Familia. En agosto de 2011 volvió a España para presidir la Jornada Mundial de la Juventud.
El Obispo de Ciudad Rodrigo pide que la oración por su eterno descanso en los brazos del Padre sea una expresión de amor y gratitud por su entrega a la Iglesia en sus casi ocho años como papa. Además de la oración personal, se invita a cada parroquia o comunidad que tenga algún encuentro de oración o eucaristía exequial por Benedicto XVI.
“Me encuentro ante el último tramo del camino de mi vida y no sé lo que me espera. Pero sé que la luz de Dios existe, que él ha resucitado, que su luz es más fuerte, que cualquier oscuridad; que la bondad de Dios es más fuerte que todo mal de este mundo. (Benedicto XVI. 16 de abril de 2012)