Concluyen los retiros arciprestales en La Fuente de San Esteban

La Fuente de San Esteban ha acogido el último de los retiros de inicio de curso, en este caso, el correspondiente al Arciprestazgo Campo Charro.

El Obispo Administrador Apostólico, Mons. Jesús García Burillo, es el encargado de presidir cada uno de esos retiros en los que aborda el objetivo del curso, este año, centrado en el Sínodo. También participa en cada uno de ellos el Vicario de Pastoral, D. Gabriel Ángel Cid.

En total 145 seglares, 15 religiosas y 33 presbíteros han participado en estos retiros, «un número mayor del que se dio el año pasado, obviamente, a causa de la pandemia pero inferior al de otros años», destacó Cid, «pero lo importante ciertamente, no es el número sino si somos levadura evangélica en la masa».«Sigamos caminando juntos en la tarea evangelizadora al servicio del Pueblo de Dios en esta porción que es nuestra Iglesia particular de Ciudad Rodrigo», animó el Vicario.«Muchas gracias queridos amigos y hermanos arciprestes por vuestra labor, por tener todo tan bien preparado,  por hacernos sentir tanto al obispo como a mí como en nuestra propia casa».

Por otra parte, este es un resumen de la intervención de don Jesús.

Fuente de sinodalidad: la Escritura

Introducción: Un retiro es un espacio de tiempo dedicado a la oración. El tema es el que el Papa ha propuesto para el Sínodo que ya hemos comenzado: Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión. El principal método de este sínodo será escuchar. Por eso, empezamos escuchando lo que nos dice la Escritura sobre nuestro tema.

Imagen simbólica para la presente reflexión: Los discípulos de Emaús. Estos regresan a sus casas decepcionados por lo que ha sucedido en Jerusalén: Jesús, a quien esperaban como Mesías ha sido ajusticiado vilmente. Pero, junto a ellos, un Desconocido les explica las Escrituras y les hace entender que lo sucedido no ha sido un fracaso, sino el paso para acontecimiento final: Jesús es Mesías y está vivo.

Síntesis de la sinodalidad en la Escritura: El hombre ha sido convocado por Dios para caminar en la historia unido a Dios y a toda la humanidad. La historia de la humanidad y la historia de la Iglesia es considerada desde la Escritura como un camino realizado en común, un caminar juntos, un sínodo universal.
En el Antiguo Testamento Dios elige a un pueblo con quien establece pronto una Alianza. Ya Con Noé, pero sobre todo con Moisés. La Alianza consiste en que Dios liberará y protegerá a su pueblo a condición de que éste siga sus mandatos. Así acontece todo el Éxodo, la entrada en la tierra prometida, y la historia de Israel. Pero la Alianza establecida por Dios es rota en múltiples ocasiones por la desobediencia del pueblo. Esta es renovada frecuentemente y de varios modos, sobre todo en las asambleas. Los profetas anuncian que en futuro habrá un pacto duradero.

Nuevo Testamento. Esto se cumple con Jesús. En la Última cena, Jesús, siguiendo el ritual de la cena, tomó una copa de vino y recitó solemnemente: esta es mi sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por muchos. Aquí comienza un nuevo Éxodo, una nueva historia en la que el camino de los hombres estará eternamente acompañado por Jesús. Este caminar juntos tiene por objeto anunciar y vivir la propia existencia como el Reino de Dios acontecido en la historia. Este camino se vive con amor, como un solo cuerpo, con el poder que nos viene de Jesús por el Espíritu Santo, aportando cada uno sus propias cualidades, escuchándonos mutuamente, conforme al modelo del primer Concilio en Jerusalén. La meta final del camino compartido será la consumación en la Jerusalén celeste.