Un buen grupo de jóvenes han sido confirmados en la parroquia de El Salvador en la tarde del sábado. Varias semanas antes, en una celebración dominical, fueron presentados a la comunidad parroquial, con el fin de que ellos se sintieran integrados en un espacio más amplio, familiar y eclesial, y a fin de que la comunidad los acogiera como algo propio, como una parte vital de la parroquia. Ni la comunidad, ni el párroco, don José María Rodríguez-Veleiro, ni los catequistas, ni ellos mismos quieren separarse del contexto humano y cristiano en que viven ahora, que les da seguridad y fortaleza en la fe, de modo que no sigan la costumbre de desaparecer físicamente una vez que han recibido el sacramento. Por el contrario, ellos habrán de ser no sólo el futuro de la parroquia sino también el sector juvenil, indispensable en toda sociedad y comunidad que se considere completa. Diversas actividades y encuentros esperan mantenerlos unidos y apoyados por el grupo de mayores que les facilita la superación de las dificultades que pronto encontrarán en sus estudios y en la vida profesional.
En esto ha incidido el Obispo, Mons. Jesús García Burillo, en su homilía. Se ha basado en los textos proclamados y ha reconocido en ellos los valores de los muchachos: “Dios creó al hombre a imagen de su propio ser”; “ya que sobresalís en todo, distinguíos también ahora por vuestra generosidad” y “no temas, basta que tengas fe”. En estas lecturas don Jesús ha destacado la grandeza, la capacidad, la generosidad y las grandes posibilidades de los jóvenes como seres humanos y como cristianos. Esta gran transformación la obra en ellos el Espíritu Santo, a la vez que les da inteligencia para comprender la importancia de su ser y la fortaleza para ponerla en práctica, sobre todo en lo tocante a la fe y a la generosidad.
La celebración ha resultado una gran fiesta de la comunidad, por la disposición de los jóvenes confirmados, de sus familias, de los catequistas y de la comunidad entera, que ha mantenido sus mascarillas puestas en la celebración, por la necesaria precaución y respeto a los demás. Los jóvenes previamente confirmados y toda la comunidad les ha acogido para formar una gran familia de familias, la parroquia de El Salvador y la diócesis de Ciudad Rodrigo.
Al final, las fotos de rigor, algunos regalos y los abrazos con precaución.