El encuentro, que reunirá a más de 3.000 personas en Madrid, lleva por lema «¿Para quién soy? Asamblea de llamados para la misión»
Delegación de Medios
La Diócesis de Ciudad Rodrigo estará representada por doce personas en el próximo Congreso de Vocaciones, que se celebra en el Madrid Arena del 7 al 9 de febrero, y donde está prevista la participación de más de 3.000 personas de las diócesis españolas. Uno de los objetivos de este congreso, que lleva por lema: «¿Para quién soy? Asamblea de llamados para la misión», es impulsar y consolidar en cada diócesis “un servicio que anime la vida vivida como vocación”, siguiendo la invitación de la primera sesión de la asamblea sinodal.
El pasado mes de junio se comenzó a trabajar desde la delegación de vocaciones en las fichas preparatorias del congreso, con la participación de unas 25 personas vinculadas a diferentes áreas y delegaciones diocesanas, como Familia y Vida, religiosas, Misiones, Cáritas diocesana, Pastoral Juvenil o Vocacional, entre otras.
Del grupo que acudirá al congreso de Madrid junto al delegado de vocaciones, Anselmo Matilla, y el vicario de Pastoral, Antonio Risueño, se encuentran los delegados de Familia y Vida, Daniel Mielgo y Teresa Anciones, un grupo de jóvenes menores de 35 años de Pastoral Juvenil y otras realidades eclesiales, junto a otros sacerdotes, laicos y una religiosa.
El congreso
En cuanto al programa del congreso, que todavía es provisional, comenzará al viernes, 7 de febrero, a las 18:00 horas, en el pabellón “Madrid-Arena”, en el recinto ferial de la Casa de Campo. Después, tendrá lugar una ponencia marco inicial y terminará la jornada con una vigilia de oración. El sábado, 8 de febrero, tras la eucaristía, se celebrará una ponencia marco con las líneas de la mañana, y los participantes se dividirán en varios talleres en los que se han apuntado previamente. La reunión por grupos continuará por la tarde, y para terminar el día, habrá un festival. Y el domingo, 9 de febrero, último día del congreso, tras una oración, tendrá lugar la ponencia final, y una eucaristía de envío.
