El Obispo Administrador Apostólico, Mons. Jesús García Burillo ha participado en el encuentro de profesores de Religión, convocado por el Delegado de enseñanza religiosa, D. Juan Carlos Sánchez.
En primer lugar, se ha revisado el curso por parte de todos los profesores, en una sesión que ha tenido lugar en el Salón Obispo Mazarrasa.
A continuación, los participantes se han trasladado al Seminario donde don Jesús ha presidido la Eucaristía.
En su intervención, el Obispo se ha referido al reciente Foro “currículo de Religión”, que ha tenido lugar el pasado mes de marzo en Madrid.
El fundamento de la enseñanza religiosa en los centros escolares lo expuso el Cardenal Bagnasco, Arzobispo emérito de Génova: El principio clave de la enseñanza de la Religión en los centros escolares radica en que la Iglesia no puede renunciar a la educación porque se negaría a sí misma, dejaría de ser ella misma. Por naturaleza, la Iglesia existe para enseñar, conforme al mandato concluyente de su Fundador: “id y enseñad a todos los pueblos”.
En el Congreso se dieron principios clarificadores para la tarea educativa. Respecto a su aportación esencial en el campo de las relaciones sociales, se afirma que las tradición cristiana es la matriz moral de la civilización occidental, que se centra en el aprendizaje del alumno para alcanzar a ser auténtica persona humana y pueda promover la transformación de la sociedad. La formación religiosa es un argamasa que puede unir y armonizar los diversos sectores y tendencias sociales.
En relación con el provecho que la educación religiosa proporciona a los propios alumnos, se ha dicho que la clase de religión ayuda a configurar una fórmula de fe que podrá mantener la estructura vital de toda su existencia, provoca experiencias que van más allá de las aulas, es un espacio de escucha para ayudar a resolver los problemas de los alumnos, les facilita una espiritualidad que se explora y se expresa, y además, la religión acompaña e ilumina al alumno como ninguna otra.
Finalmente, y siguiendo al Papa Francisco, se ha tomado conciencia de que también la asignatura de religión ha de proponer una Iglesia en salida, a cuyo fin ayudará el hecho de incorporar a la clase de Religión el arte, abundantísimo en el patrimonio eclesial, como testigo de la historia.
El encuentro ha terminado con una comida de fraternidad.