La Residencia de Ancianos Santa Rita de Lumbrales, cuya gestión está en manos de la congregación de las Agustinas Hermanas del Amparo, ha festejado esta tarde, precisamente, a su patrona. El encargado de presidir la Eucaristía, por segundo año consecutivo, ha sido el Obispo de la Diócesis, Mons. José Luis Retana, al que han acompañado un grupo de sacerdotes, además de los residentes, trabajadores, familiares y autoridades.
Mons. Retana ha destacado el pasaje de la carta de Santiago, que se pudo escuchar durante al Eucaristía, como una invitación «a reflexionar sobre la fugacidad de la vida terrenal y la necesidad de poner nuestra confianza en la voluntad divina».
Definió la ancianidad como una etapa «de sabiduría y experiencia» señalando que «nuestra existencia en este mundo es efímera, como un vapor que se desvanece con la brisa. Esta comprensión nos llama a vivir cada día con humildad, gratitud y plena confianza en la providencia divina».
En esta Casa Santa Rita, «habréis aprendido a valorar cada momento como un regalo precioso de Dios, reconociendo que nuestra vida es un regalo fugaz que debemos aprovechar al máximo para glorificar a nuestro Creador», dijo a los presentes.
De Santa Rita destacó «la fidelidad, la oración y la paciencia», valores que apuntó, se ven en esta residencia.
«En esta celebración renovamos nuestro compromiso de cuidar y apoyar a nuestros queridos residentes, recordando siempre que cada uno de ellos es un hijo o hija amado de Dios, digno de amor y respeto. Que esta fiesta sea una oportunidad para fortalecer nuestros lazos de comunidad y renovar nuestro compromiso con el servicio desinteresado y el amor compasivo», concluyó.