El obispo administrador apostólico de la diócesis de Ciudad Rodrigo, Jesús García Burillo, dio una respuesta clara «a aquellos que dudan sobre si la diócesis va a vivir o va a morir. La Iglesia en Ciudad Rodrigo tiene futuro», manifestó.
García Burillo realizó estas declaraciones en el transcurso de una rueda de prensa en la que se hizo balance económico y pastoral del último ejercicio, coincidiendo con la celebración del Día de la Iglesia Diocesana que se celebra el domingo.
En virtud de los datos expuestos, insistió el prelado en que esta diócesis «goza de buena salud», sustentada en 121 parroquias, pero sobre todo, «se apoya en la fe de cada uno y de las comunidades tal y como dice el lema de este año: ‘Sin tí no hay presente. Contigo hay futuro’».
En lo que al aspecto económico se refiere, la mayor parte de los ingresos de la diócesis, el 52%, proceden de la asignación tributaria, lo que la gente conoce como ‘la x’ de la declaración de la renta. Ahí también se trataron de desmontar algunos mitos relativos a esa financiación dejando claro que la aportación que cada uno hace en su declaración es algo totalmente voluntario.
«Si la diócesis no recibiera la asignación tributaria no podría pervivir por sí sola más de dos años», aseguró el ecónomo, «no podríamos llevar a cabo la mayor parte de las actividades».
En total, en 2018 la diócesis ingresó 2.067.335,45 euros y gastó 2.201.536,72 euros. La parte más destacada de los gastos tiene que ver con la retribución del clero, el 39%, aunque el gasto en conservación de edificios y gasto de funcionamientos se lleva otro 25%.
Tanto obispo como ecónomo reconocieron que el patrimonio de la diócesis está «muy bien conservado» pero no es menos cierto que «supone un reto muy grande». Ambos valoraron los convenios suscritos con la Diputación para ese mantenimiento de templos.
La diócesis acaba de crear una Comisión de Obras de la que forman parte el delegado de Patrimonio, el notario, el ecónomo, vicario general y arquitecto para que «si tenemos que emprender cualquier actuación no recaiga todo sobre una persona», apuntó Sánchez.
Por otra parte, tanto el obispo como el ecónomo animaron a los laicos a participar activamente en la vida de las parroquias, por ejemplo, en las juntas económicas porque «los curas nos sentimos mucho más libres, más a gusto; el cura no es el dueño de las parroquias y los laicos llevan la economía mejor que nosotros, con total libertad».
En cuanto a la actividad celebrativa, la diócesis celebró el pasado año 143 bautizos, 76 confirmaciones, 68 matrimonios y 134 niños tomaron la primera comunión. Cifras muy similares a las de años anteriores.
La diócesis cifra en 90.000 las horas de actividad pastoral que desarrollan los 54 sacerdotes, 128 catequistas o los 52 religiosos y 34 monjas. Por último está la actividad asistencial a través de seis centros sociales donde se atendieron a 420 personas, 17 drogodependientes o 458 persona en riesgo de exclusión social.
Todos estos datos y muchos más se detallan en el portal de transparencia de la diócesis.