La Delegación de Manos Unidas inaugurará su tradicional rastrillo solidario el próximo 30 de noviembre, a las 11:00 horas, en el Palacio de Cartago.
Se podrá visitar hasta el 11 de diciembre y el horario de apertura al público se ha fijado entre las 11:00 y las 14:00 horas y entre las 16:30 y las 19:30.
El objetivo de esta iniciativa es apoyar el proyecto con el que ha colaborado la Delegación de Manos Unidas todo este año en Tetuán (Marruecos).
De manera más detallada, el proyecto se ubica en la región Tánger-Tetuán-Alhucemas, en 5 barrios del municipio de Tetuán con altos índices de vulnerabilidad. Tetuán tiene zonas periféricas donde la fuerte presión migratoria rural genera un crecimiento desequilibrado y grandes desigualdades sociales.
Los barrios de la parte antigua albergan familias que viven en situación de precariedad. Los factores socioeconómicos, políticos, educativos y culturales originan una serie de problemas estructurales que derivan en una vulneración generalizada de derechos (falta de viviendas y de centros educativos y sociales, abandono escolar, desempleo), y en un sentimiento de abandono y de falta de confianza en el modelo social y estatal. En materia medioambiental, la migración rural ha supuesto un deterioro del entorno por la transformación de las zonas verdes de la periferia en barrios superpoblados mal estructurados y sin infraestructuras de saneamiento.
Las mujeres y niñas presentan una especial vulnerabilidad a causa de la pobreza, abandono temprano del proceso de escolarización, matrimonios precoces, exposición a la violencia sexual, falta de cualificación para integrase en el mercado laboral y dificultades para acceder a la justicia, orientación y protección en caso de ruptura familiar.
Otro grupo social que sufre de desigualdades y de violencia física, psíquica y social es el de los niños y adolescentes. Todo ello, en un contexto donde la falta de comunicación familiar y la ausencia de una cultura social de denuncia de los actos de violencia física y psíquica producidos en el entorno familiar, escolar o vecinal dificultan la adopción de medidas que mejoren su estado de vulnerabilidad.
Dentro de este grupo, los adolescentes presentan comportamientos de violencia y agresividad debidos a sus propios cambios y a las situaciones de impotencia ante el fracaso escolar, la ruptura familiar y el desempleo.
Para reducir las situaciones de violencia que afrontan los niños y adolescentes, la asociación Alamal, muy cercana a la población más frágil de la ciudad, solicitó la colaboración de Manos Unidas para llevar a cabo una II fase de esta iniciativa enfocada a la prevención, detección y denuncia de los actos de violencia, acoso y abusos contra niños y adolescentes.
El proyecto se ha desarrollado a lo largo del año y ha beneficiado a 220 personas (niños 8 a 12 años, adolescentes 13 a 17 años y padres) y ha contribuido al cumplimento de las metas del ODS nº 16 dirigidas a eliminar todas las formas de violencia de conformidad con las leyes nacionales y los acuerdos internacionales ligados a los derechos del niño.
Manos Unidas (85%) apoya una serie de formaciones, impartidas por profesionales: experto jurídico, psicólogo, asistente social, encargada del proyecto, y un animador y adaptadas a cada grupo de beneficiarios, así como el desarrollo de talleres diseñados para reforzar el proceso de sensibilización (dibujo y cocina) y otros costes de material y gestión financiera.
Las sesiones formativas abordan principalmente la violencia y los abusos en los niños; las relaciones y los comportamientos agresivos en la adolescencia, la protección de los hijos, la detección de los cambios de comportamiento y los mecanismos de denuncia.
El socio local (15%) asume el resto de la gestión financiera y el funcionamiento de su sede.
Céntimo solidario
Además, en estos momentos, Manos Unidas Ciudad Rodrigo también tiene en marcha una campaña llamada del céntimo solidario. Bajo el lema “¡Quítate un peso de encima por una buena causa! Dona tus céntimos” se quiere aprovechar la oportunidad de revalorizar estas monedas de céntimos con el fin de emplearlas para construir un mundo más justo y solidario.
Esas monedas se podrán depositar en diferentes huchas que se colocarán en el rastrillo y en algunos comercios para recoger los céntimos y también se pueden llevar a la Delegación Diocesana o ponerse en contacto con las voluntarias.