Pastoral de la Salud invita a secundar la Jornada Mundial del Enfermo, con dos eucaristías: el 8 de febrero en la Residencia Santa Rita de Lumbrales y el 11 de febrero en todas las comunidades de la diócesis
DELEGACIÓN DE MEDIOS
La Diócesis de Ciudad Rodrigo se prepara para celebrar la Campaña del Enfermo 2025, una iniciativa pastoral que, como cada año, busca brindar acompañamiento y consuelo a las personas enfermas y a sus familias. Organizada por la Delegación diocesana de Pastoral de la Salud, la campaña se enmarca en el Año Jubilar 2025 convocado por el papa Francisco bajo el lema «Spes non confundit», recordando que «la esperanza no defrauda» (Rm 5,5).
En un mensaje dirigido a la comunidad diocesana, el delegado de la Pastoral de la Salud, Carlos Norberto Gómez, destaca que esta jornada es un tiempo especial para «vivir de manera concreta y cercana la caridad y la misericordia con todos los que sufren», en sintonía con la petición del Santo Padre.
Celebración diocesana
Este año, la Jornada Mundial del Enfermo lleva por lema: «En esperanza fuimos salvados» (R0m 8,24) y para celebrarlo, la Delegación diocesana de Pastoral de la Salud ha preparado dos eucaristías para orar por los enfermos y sus familias, así como los profesionales de la salud:
- El sábado, 8 de febrero, se celebrará a las 17:30 horas en la Residencia Santa Rita, en Lumbrales.
- Y 11 de febrero, festividad de Nuestra Señora de Lourdes, se conmemorará en todas las comunidades de la diócesis la Jornada Mundial del Enfermo.
Además, del 1 al 5 de julio, los fieles podrán participar en una Peregrinación Jubilar al Santuario de Lourdes, en unión con la Hospitalidad de Lourdes de Salamanca.
El delegado diocesano de Pastoral de la Salud, Carlos Norberto Gómez, anima a todas las familias a involucrarse activamente en esta campaña: «Nos toca avivar la esperanza en quienes se sienten frágiles y abatidos, o van perdiendo la fe, víctimas del olvido de una sociedad que se ha acostumbrado a asistir ‘puntualmente’ a los que sufren sin considerar que la atención y cuidado de todo ser humano ha de ser permanente».
Compromiso con los enfermos en la vida pastoral
Más allá de las celebraciones litúrgicas, la Delegación diocesana Pastoral de la Salud ha diseñado un itinerario de servicio para poner en práctica las obras de misericordia y ser sembradores de esperanza. Este itinerario está inspirado en el mensaje del papa Francisco y en la carta pastoral Spes non confundit. Entre las acciones propuestas destacan:
- Acompañar, sostener y rezar con quienes viven la angustia de la enfermedad.
- Visita y acompañamiento a los enfermos en hospitales, residencias y domicilios.
- Fomentar grupos parroquiales de voluntariado, integrados por jóvenes, matrimonios y adultos, para apoyar a quienes sufren soledad o enfermedad.
- Oración y celebraciones eucarísticas con intención especial por los enfermos y sus cuidadores, facilitando la comunión a domicilio.
- Escucha y consuelo, promoviendo el diálogo y la cercanía con quienes padecen enfermedad o situaciones de vulnerabilidad.
- Incluir en las intenciones comunitarias la oración por los enfermos y el personal de salud, reconociendo el valor de su vocación.
En este sentido, el responsable de esta delegación diocesana reitera la importancia de integrar a los enfermos en la vida comunitaria: «Los enfermos no han de ser ajenos a nuestro itinerario pastoral ni formar parte de acciones puntuales que, a la larga, quedan en el olvido. Son parte esencial de la comunidad y les debemos, en nombre del amor de Dios, presencia, escucha, cuidados y consuelo«.
Un Jubileo para ser «Peregrinos de la Esperanza»
El mensaje del papa Francisco para este Año Santo resuena con fuerza en esta campaña, recordando que la Iglesia está llamada a «aliviar las heridas con el óleo de la consolación, a vendarlas con la misericordia y a curarlas con la solidaridad» (Misericordiae Vultus, n. 15).
Por ello, desde la Diócesis de Ciudad Rodrigo se invita a toda la comunidad cristiana a ser «artesanos de esperanza», llevando consuelo a quienes sufren y respondiendo con gestos concretos al mandato evangélico de amor y servicio.