Crónica de Juan Carlos Sánchez
Del 7 al 11 de julio, el rector del seminario, Juan Carlos Sánchez, y el director espiritual del seminario de Ciudad Rodrigo , Vidal Rodríguez, con un alumno de 4º deESO y tres de Bachillerato han participado del Encuentro Nacional de Seminaristas en Bachillerato que todos los veranos organiza la Comisión Episcopal de Seminarios y Universidades de la Conferencia Episcopal Española, junto con los Rectores y Formadores de los Seminarios Menores de España.
Con el lema «Súbete a la ola de la Vocación», el Seminario de la Inmaculada Concepción de la Diócesis de Canarias ha sido el encargado de organizar el encuentro de este 2019 y recibir a los cien participantes, entre formadores y seminaristas menores, provenientes de una veintena de diócesis españolas, acompañados de don Sergio Requena, secretario de la Comisión Episcopal de Seminarios y Universidades desde donde se coordinan estas actividades para adolescentes y jóvenes de nuestros seminarios.
Durante estos cinco días de encuentro, los seminaristas menores estudiantes de Bachillerato han tenido la posibilidad de conocer la historia, lugares, cultura, uso y costumbres, gastronomía, tradiciones y folclore característico de la Diócesis de Canarias, que para esta ocasión los acogió en el centro diocesano de pastoral, enclavado en el campus universitario de Las Palmas de Gran Canaria, antiguas instalaciones del Seminario Diocesano y próximo al Instituto Superior de Teología de las Islas Canarias (ISTIC).
Son también unos días de ocio y convivencia para seminaristas y formadores, pues cada año son más los que participan de esta actividad de verano que se viene realizando desde 2004.
Aunque quizá lo más hermoso, importante y emocionante es el espacio que se crea para que seminaristas compartan entre sí testimonios, vivencias y experiencias de vocación que cada uno vive en su Seminario, más especialmente entre aquellos que tras finalizar su proceso de estancia en el Seminario Menor han decidido dar el paso al Seminario Mayor para continuar con su formación, discernimiento y preparación a la vocación sacerdotal, cómo sucedió ayer, 10 de julio por la noche, en la Vigilia del Paso donde dieciséis jóvenes seminaristas compartieron su experiencia y testimonio acerca de sus años de estudio y formación vocacional, cada uno en su Seminario Menor, y el deseo e ilusión que tienen por pasar al Mayor.
El Obispo de la Diócesis de Canarias que presidió esta tradicional vigilia, Monseñor Francisco Cases, animó a todos los jóvenes a «ser conscientes y no tener miedo ante las dificultades presentes del momento; reconocer nuestra debilidad delante de Jesús; pero a sentir la gracia y la fortaleza que el Señor da cada uno con esta llamada vocacional a dar el paso al Seminario Mayor».
《TEN FE, TEN VALOR. SÚBETE A LA OLA DE LA VOCACIÓN》
Esta frase fue la invocación con la que los 16 jóvenes seminaristas iniciaron su testimonio vocacional en la Vigilia y así subirse a la ola para decir sí públicamente con el firme propósito de pasar al Seminario Mayor. Se fían de Cristo. Aquí algunas frases de sus intervenciones de ayer:
«Ahora doy lo mejor de mí mismo, soy feliz de la decisión tomada , he aprendido mucho de la comunidad del seminario.»
«El seminario ha sido un hogar con hermanos, descubrí que Dios quería más de mí y debía ir allí pitando, no pasa nada por mirar al Señor de frente.»
«Aunque no lo tenga todo claro, hay que seguir adelante, no somos borricos.»
«Estoy alcanzando mi potencial.»
«Ha sido un año difícil, pero el seminario me ha ayudado a decir: te quiero Señor; estoy más feliz que cuando entré al seminario.»
«Siempre ha estado ahí la Virgen de la Candelaria…»
Familia, testimonio de sacerdotes, vida parroquial, pastoral de colegios, testimonio de consagradas y vida contemplativa, convivencias y pre-seminarios, campamentos, días de retiro y experiencias de oración, grupo de monaguillos, … la pastoral vocacional de siempre se hacía ayer novedosa y rejuvenecida al encarnarse en estos seminaristas los medios de los que el Señor se sirve y vale para seguir llamando a la vida sacerdotal. Y como dijo Santiago, del Seminario Diocesano de Ciudad Real,: «¡arrea, que esto va en serio!»
AGRADECIMIENTO
Al Seminario Mayor y Menor de la Diocesis de Canarias; más concretamente a su Equipo de Formadores: don Salvador Santana, rector; don Juan Carlos Arencibia, acompañante espiritual, quien predicó testimonialmente el retiro a los seminaristas en las Dominicas de Teror y nos propuso la vocación sacerdotal como una gran riqueza para la humanidad; y sobre todo a don Eloy Santiago, formador y el «alma máter» de este inolvidable encuentro, inquieto, alegre, preocupado y atento para que todo saliera a la perfección, que así ha sido. ¡Gracias!
Y junto a ellos, los seminaristas del Seminario Menor en Familia y seminaristas del Mayor de Canarias. También a las muchas personas que nos han acompañado estos días con su disponibilidad, trabajo y servicio para que esta experiencia fuese única; al grupo de folclore «Buchito de Café»; a Raúl Arencibia, presentador de TVE; al personal e instalaciones del ISTIC y centro diocesano de pastoral; a los guías turísticos; a la Catedral, Museo Diocesano e Iglesias del centro histórico de Las Palmas; a los astrónomos; al grupo de lucha canaria «Adargoma» en Pedro Hidalgo; a la dirección y trabajadores del Hotel Gloria Palace de Amadores; a los compañeros sacerdotes diocesanos que se han hecho presentes a lo largo de nuestro recorrido: don Julio Sánchez, don José Lavandera, don Diego Monzón, don Julio Roldán, don Miguel Hernández, don Ricardo Miranda, don Elías Zait, don Paco García … y don Jorge Martín, cura párroco de la Basílica de Nuestra Señora del Pino en Teror, entre otros.
Detrás de cada experiencia como la vivida estos días en Canarias siempre hay una alta dosis de ilusión y alegría, emoción y nervios, preocupación y trabajo … que solo el Señor de la mies sabrá pagar, recompensar y completar.
Y ahora quien recoge el testigo y la encomienda de organizar el Encuentro de 2020 es el Seminario Diocesano de Cáceres a cuyos formadores y seminaristas se les ha entregado el nuevo icono de «Jesús y el Discípulo Amado», símbolo oficial para estos Encuentros que ha sido pintado por los monjes benedictinos del Monasterio de la Santísima Trinidad. Esta comunidad contemplativa acogió al grupo de seminaristas y formadores para orar juntos en la solemnidad de San Benito, patrono de Europa. Fueron los monjes los que nos pidieron «seguir siendo jóvenes buscadores de Dios, como Benito de Nursia; vivir la liturgia de las horas como diálogo de Cristo con su Esposa, la Iglesia; y cuando seamos curas, incorporar en nuestras prédicas y catequesis el valor, actualidad y hermosura de la vida contemplativa, la parte más joven de la Iglesia»