«Este año vivimos el Día de la Iglesia Diocesana con carácter de sínodo, caminando juntos»

La sala de prensa del Palacio Episcopal ha acogido esta mañana, la presentación de la campaña del Día de la Iglesia Diocesana que en este 2021, se celebra el próximo domingo 7 de noviembre.

En primer lugar, Mons. Jesús García Burillo, Obispo Administrador Apostólico, manifestó que se trata de «un día de fiesta en la que celebramos que somos una Iglesia, que tenemos una fe conjunta y eso nos anima a trabajar».

Este año, además, «vivimos el Día de la Iglesia Diocesana con carácter de sínodo, caminando juntos los creyentes y los no creyentes».

El Obispo insistió en que este camino se hace «escuchando lo que Dios quiere de nosotros, escuchando a los demás en espíritu de Comunión y Servicio» pues tal y como recordó, «el servicio no es solo dar limosna, es dedicar cinco minutos para dar a otros un poco más de satisfacción y esperanza, necesitamos comunicar la esperanza».

En esta campaña se aprovecha para hacer un ejercicio de transparencia y rendir cuentas tanto económicas como de actividades. (Todos esos datos están disponibles en el apartado de transparencia de esta web).

El ecónomo de la diócesis, D. Manuel Domínguez, desgranó esa cuenta de resultados del ejercicio 2020, en la que los ingresos y gastos están equilibrados en 2.388.045,20 euros.

La mayor partida de ingresos llega con cargo a la asignación tributaria, «es la cantidad más importante y de la cual no podemos prescindir, sin ella no podríamos subsistir».

Esa cuantía supone la mitad de los ingresos de la diócesis «por eso es muy importante seguir marcando la equis en la declaración de la renta».

En el capítulo de gastos la conservación de edificios y los gastos de funcionamiento acaparan 845.912,27 euros, la suma más fuerte, mientras que las retribuciones al clero suponen otros 751.275,35 euros.

El ecónomo recordó que en el apartado de transparencia también están disponibles todos los convenios, contratos y adjudicaciones que mantiene la diócesis.

Otro aspecto en el que se detuvo Domínguez fue el Fondo Diocesano de Solidaridad creado por la diócesis con motivo de la covid con una aportación inicial del Obispado de 75.000 euros y que se ha ido nutriendo con los donativos de fieles, presbíteros o religiosas.

En estos momentos tiene 48.000 euros y se sigue ayudando a través de Cáritas y Conferencias de San Vicente de Paúl por lo que animó a que continúen las aportaciones ya que las necesidades siguen ahí.

La parte más social de la Iglesia se quiso identificar en la Madre Rosa, la superiora de la Congregación de Marta y María en la residencia de ancianos de Vilvestre.

La religiosa habló de cómo su carisma, con las manos de Marta y el corazón de María, lo trasladan a los ancianos a los que cuidan. 

Ocuparse de esa residencia «ha sido una bendición de Dios para nuestra congregación» al tiempo que insistió en que «este trabajo no es solo social, tiene un enriquecimiento para cada una de nosotras».