La segunda jornada de la visita «ad limina» de las provincias eclesiásticas de Valladolid, Madrid, Toledo y el Arzobispado Castrense, ha comenzado muy temprano, a las 7:30 de la mañana, en la Basílica de San Juan de Letrán, la Catedral de Roma, con la celebración de la Eucaristía en la fiesta de la Conversión de San Pablo, que ha sido presidida por el Arzobispo Castrense, Mons. Juan Antonio Aznárez. “Fundamental las palabras que leíamos en el Evangelio: “Id al mundo entero y predicad el evangelio”, ha señalado el obispo de Ciudad Rodrigo, Mons. José Luis Retana.
Al término de la Misa, don José Luis se ha dirigido con sus hermanos prelados a la Congregación para los Obispos donde el cardenal arzobispo de Valladolid, Mons. Ricardo Blázquez, ha actuado como interlocutor. Allí “hemos visto muchos obispos nuevos, se ve un cambio de rostros en los últimos años en las diócesis”, apunta Mons. Retana. “Varios de los que estábamos allí habíamos tomado posesión recientemente, o habían sido traslados o habían sido consagrados”, por lo que se aprecia “una especie de renovación honda del episcopado”.
En la Congregación para los Obispos han hablado de los rasgos que sería bueno que tuviera un obispo: “un hombre que ha de estar cerca de Dios con la oración, pero también muy cerca del pueblo de Dios; hombres que son capaces de escuchar a la gente, y sobre todo, de escuchar pastoralmente, capaces por tanto, de una escucha pastoral-teológica, de modo que les ayude a discernir bien, de revitalizar la fe y escuchar lo que el Espíritu dice a la Iglesia”, detalla Mons. José Luis Retana. “Un hombre que sea capaz de crear comunión, sobre todo entre los sacerdotes, religiosos y seglares; un ministro de la Palabra y de la predicación”.
En el encuentro también han abordado “la importancia de que el obispo, dada la situación de dificultad en cada diócesis, tenga una firmeza humana, es decir, una fortaleza humana y psicológica”.
La siguiente cita de la mañana ha tenido lugar en la Congregación de la Doctrina de la fe, donde los obispos han hablado de la belleza de la fe que ayuda a afrontar la vida con esperanza, “la importancia que tiene el que nosotros desde la fe pongamos esperanza en la vida de las personas de nuestro pueblo”. La importancia de ofrecer una formación sacerdotal bien fundamentada y la necesidad de que los obispos estén atentos a las necesidades de sus presbíteros, han sido otros temas tratados en la reunión.
Ya por la tarde, los obispos han acudido a la Basílica de San Pablo Extramuros para celebrar, junto al papa Francisco, las segundas vísperas de la solemnidad de la Conversión de San Pablo, “y así terminar este tiempo de oración por la unidad de las iglesias”, como señalaba Mons. José Luis Retana.
En este viaje le acompañan por parte de la Diócesis de Ciudad Rodrigo el Vicario de Pastoral, D. Gabriel Ángel Cid, y Mons. Jesús García Burillo, Administrador Apostólico durante los tres últimos años.