La XXIX Jornada Mundial de la Vida Consagrada se celebra en la iglesia de las Carmelitas de Ciudad Rodrigo

Mons. José Luis Retana presidirá la eucaristía a las 11:00 horas donde se reconocerá la entrega de los religiosos y religiosas de la diócesis que dedican su vida a Dios y al servicio de los demás, y se rezará por el surgimiento de nuevas vocaciones

 

DELEGACIÓN DE COMUNICACIÓN

El próximo domingo, 2 de febrero, a las 11:00 horas, Mons. José Luis Retana presidirá la celebración de la XXIX Jornada Mundial de la Vida Consagrada en la iglesia del Monasterio de las Carmelitas Descalzas de Ciudad Rodrigo. Bajo el lema “Peregrinos y sembradores de esperanza”, se invita a participar a toda la comunidad diocesana, en especial a los religiosos y religiosas de la Diócesis de Ciudad Rodrigo, para reconocer la entrega y el testimonio de quienes dedican su vida a Dios y al servicio de los demás, para orar por ellos y el surgimiento de nuevas vocaciones a la vida consagrada.

Los consagrados, sembradores de esperanza

La Jornada Mundial de la Vida Consagrada se celebra cada año el 2 de febrero, coincidiendo con la fiesta de la Presentación del Señor, también conocida como la fiesta de la Candelaria. Este día recuerda el momento en que María y José llevaron a Jesús al templo, 40 días después de su nacimiento. En la tradición de esta fecha, se bendicen velas, simbolizando a Cristo como luz del mundo. De manera similar, los consagrados están llamados a reflejar esa luz a través de su vida y servicio a los demás.

Este año, bajo el lema “Peregrinos y sembradores de esperanza”, la Iglesia pone de relieve el importante papel de los consagrados en la sociedad como portadores de fe y esperanza. En el contexto del Año Jubilar, se refuerza el llamado a todos los bautizados a vivir su fe con pasión y compromiso, siguiendo el ejemplo de aquellos que han dedicado su vida al servicio de Cristo.

Un mensaje de esperanza

El mensaje de los obispos de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada para esta jornada presenta a los consagrados como símbolos de esperanza, quienes, a lo largo de su peregrinación, esparcen semillas de fe y confianza. El papa Francisco, en la Jornada de 2024, destacó la paciencia y entrega de los consagrados, invitando a la Iglesia a reflexionar sobre la virtud de la espera diaria en Cristo. Además, destacó los «corazones jóvenes» de los consagrados, quienes no se rinden y continúan confiando en el camino de esperanza.

En este 2025, el mensaje de la jornada pone el foco en dos virtudes claves: la misión profética y las relaciones nuevas. La misión profética se refiere al llamado de los consagrados a transmitir la esperanza de Jesucristo en un mundo lleno de desafíos. Y, por otro lado, se resalta la necesidad de construir vínculos de fraternidad y solidaridad, fundamentales en una sociedad cada vez más marcada por el individualismo.