La Delegación de Manos Unidas ha organizado para el próximo viernes, 1 de marzo, la tradicional Operación Bocata, que comenzará a las 14:00 horas en la Plaza del Buen Alcalde.
Durante estos días y hasta el miércoles, 28 de febrero, se podrán adquirir los tiques en la Delegación de Manos Unidas (planta baja del Palacio Episcopal), de 11:30 a 13:00 horas. También se han repartido en los centros escolares y las parroquias al precio de 4,00 euros.
Además, el miércoles, 21 de febrero, tendrá lugar la Eucaristía de Manos Unidas en la parroquia de El Sagrario a las 19:15 horas, y el domingo, 25 de febrero, será la colecta en las parroquias.
Con el dinero recaudado se van a apoyar los proyectos generales de Manos Unidas en países del Sur en el área sanitaria, agrícola, educativa o de ayuda a la mujer, como viene haciendo Manos Unidas desde hace 62 años.
El Efecto Ser Humano
En lo que a la campaña general de Manos Unidas se refiere, en este 2024 buscan trasladar a la sociedad cómo la crisis medioambiental está afectando a millones de personas, sobre todo del Sur global, perjudicando sus derechos más básicos como el derecho a la alimentación, al agua potable, a la salud, a una vida digna, a un entorno saludable, generando una gran injusticia climática.
Con esta nueva campaña, alzan la voz por el cuidado del planeta porque es el camino para luchar por la dignidad de las personas. Bajo el lema «El Efecto Ser Humano», quieren concienciar de que el maltrato al planeta tiene consecuencias mayores al otro lado del mundo, y destacar ese doble poder del ser humano para transformarlo: para bien y para mal. Somos «la única especie capaz de cambiar el planeta».
A lo largo de este año no pretenden hablar del cambio climático en general, sino poner de manifiesto una injusticia: cómo la desigualdad medioambiental está afectando a millones de personas, sobre todo del Sur global, mermando sus derechos más básicos. Hablan de Injusticia climática que provoca hambre y pobreza. Las personas más vulnerables no tienen los recursos para hacer frente a estas situaciones y son los que más sufren las formas de consumo y producción de los países desarrollados.
Mientras que las causas de las variaciones climáticas están, sobre todo, relacionadas con la creciente actividad económica de los países más desarrollados, sus riesgos, impactos y consecuencias más severas las sufren los pueblos vulnerables del Sur, que poco han participado en originar el problema.
«Las políticas climáticas centradas en compensación de emisiones de carbono, que permiten que los países más ricos puedan seguir creciendo económicamente están provocando más hambre en los países más pobres», según Manos Unidas.