El Obispo Administrador Apostólico de la diócesis de Ciudad Rodrigo, Mons. Jesús García Burillo, ha presidido en la Catedral de Santa María la eucaristía del Miércoles de Ceniza en la que ha tenido lugar la imposición de esa ceniza a los fieles.
Tras la homilía, tiene lugar ese momento de la ceniza en la que el prelado hace una cruz en la frente y dice: «Conviértete y cree en el Evangelio». Este año, dadas las circunstancias, el obispo ha dejado caer la ceniza, con cierta distancia, en la cabeza de los fieles.
En su homilía, Mons. García Burillo se centró en los tres pilares que sustentan la Cuaresma: ayuno, oración y limosna.
Sobre esos aspectos, dijo, el Papa Francisco ofrece algunos matices y así, el sentido del ayuno es «privarnos un poco de alimentos, algo que nos acerca un poco más a aquellos necesitados».
La oración «ha de ser como la de la Samaritana que tiene sed de agua viva, sed de Cristo».
Y por último, la limosna abre el camino a «vivir una Cuaresma en solidaridad, nos necesitamos unos a otros, es una lección que hemos aprendido en esta pandemia».
Estos tres pilares, «nos ayudan a ser más humildes, más humanos, a conocernos mejor y a vivir esta Cuaresma con espíritu de belleza».