El Obispo de la Diócesis de Ciudad Rodrigo, Mons. José Luis Retana, ha presidido la Eucaristía en la Catedral de Santa María en la Natividad del Señor.
El prelado ha recordado, en primer lugar, que la Navidad es «el encuentro con Jesús» en un tiempo que “nos habla de ternura y de esperanza» y en el que «Dios ha bajado para estar con nosotros. Jesús se ha hecho uno de nosotros».
De igual modo, «la Navidad es la fiesta del amor que se hace pobre por nosotros. Esta pobreza nos conmueve, porque fue el amor el que hizo pobre al Hijo de Dios».
Mons. Retana se refirió a las «infinitas» pobrezas que se pueden encontrar, y que no siempre son las materiales, aunque «la peor pobreza de todas, es la pobreza de Dios».
El mismo Jesucristo eligió la pobreza, «hay en ella un valor y una esperanza», especificó don José Luis, «Dios eligió los lugares bajos que nosotros rechazamos: el pesebre y la cruz. Habiendo pasado Dios por ellas las situaciones humildes quedan dignificadas».
El prelado se preguntó en su homilía: «¿sabemos acoger este camino de Dios? Es el desafío de Navidad: Dios se revela, pero los hombres no lo entienden. Él se hace pequeño a los ojos del mundo y nosotros seguimos buscando la grandeza según el mundo, quizá incluso en nombre suyo.»
Por eso concluyó que «esto es lo que podemos pedir a Jesús para Navidad: la gracia de la pequeñez».