El Obispo de Ciudad Rodrigo, Mons. José Luis Retana, ha presidido la Eucaristía del domingo en la Catedral de Santa María, en una jornada en la que la Iglesia celebra fiesta de la Sagrada Familia de Nazaret.
D. José Luis ha destacado que esta fiesta se desarrolla en el contexto es el «más adecuado», porque la Navidad es por excelencia la fiesta de la familia, como así lo demuestran las muestras costumbres y tradiciones de «reunirnos todos».
«Jesús quiso nacer y crecer en una familia humana; la Virgen María y san José lo criaron y educaron con inmenso amor. La familia de Jesús merece de verdad el título de «santa», porque su mayor anhelo era cumplir la voluntad de Dios», ha afirmado el prelado durante su homilía.
Pero el prelado ha dejado muchos más mensajes para las familias, «una comunidad de amor», ha dicho, «insustituible para la transmisión de valores esenciales para el desarrollo de sus miembros y de la sociedad».
Jesús, para hablar del amor de Dios, «lo compara al amor de un hombre y una mujer, de los esposos», ha recordado, «el matrimonio es algo vivo, dinámico, que se va construyendo cada día.
El amor es exigente y exige sacrificio. No se reduce a sentimiento placentero. Toda persona experimenta el pecado (egoísmo, relaciones de dominio, malos entendidos, intolerancia, falta de sacrificio, incomprensión)» de ahí, «la importancia del perdón recíproco».
De igual modo, «la familia es el lugar donde la vida es custodiada, amada y servida. Es el lugar donde el amor engendra vida» y en el caso de los hijos, «el respeto a los padres (piedad filial) está hecho de gratitud para quienes, mediante el don de la vida, su amor y su trabajo, han traído sus hijos al mundo y les han ayudado a crecer».
Por último, ha pedido a las familias que no dejen «que el amor, la apertura a la vida y los lazos incomparables que unen vuestro hogar se desvirtúen».