Mons. Retana: «Necesitamos sembradores de esperanza que llenen de belleza y fraternidad nuestro mundo»

El obispo de Ciudad Rodrigo recordó en la festividad de San José, patrono de las vocaciones sacerdotales, que toda llamada de Dios es un don que se acoge y se convierte en una misión y servicio a los demás

DELEGACIÓN DE MEDIOS

La capilla del Seminario diocesano San Cayetano acogió este miércoles, 19 de marzo, la celebración en honor a San José, que presidió el obispo de Ciudad Rodrigo, Mons. José Luis Retana, y fue concelebrada por el vicario de pastoral, Antonio Risueño, y el rector del Seminario, Anselmo Matilla, entre otros. Una eucaristía que congregó a sacerdotes, religiosas y fieles que se unieron en oración para celebrar la festividad del patrono de la Iglesia Universal y de los seminaristas, y para pedir al Señor que suscite en el corazón de los jóvenes la vocación sacerdotal y el deseo de servir a la Iglesia diocesana civitatense.

Una jornada en la que se celebra tradicionalmente el Día del Seminario, este año bajo el lema: «Sembradores de esperanza». En un mundo que, como describió el prelado, «anda dislocado y alocado», la Iglesia necesita hombres que sean «sembradores de esperanza», que bebiendo de la «fuente del Evangelio de Cristo, llenen de belleza y fraternidad la historia inacabada de nuestro querido mundo», señaló en su homilía el obispo, refiriéndose a los sacerdotes, llamados a ser signos vivos del amor de Dios en un mundo sediento de verdad y esperanza.

Mons. José Luis Retana destacó la figura de San José, como modelo de confianza en Dios y custodio de los misterios de la salvación: «José no profiere palabra alguna, sino que cree, espera y ama». Y responde con hechos concretos, como recordó el prelado: «Su vida se convierte espontáneamente en obediencia y disponibilidad». Actitudes que el obispo animó a toda la asamblea a asumirlas con la misma vocación que el padre de Jesús.

También hizo referencia al Congreso de Vocaciones celebrado recientemente en Madrid, «de algún modo nos ha hecho cambiar de perspectiva, en el sentido que nos ha dejado claro que cada uno de nosotros es una vocación», y esa llamada se manifiesta de manera concreta en la forma de vida, en un lugar, en la misión que cada uno asume.

Y recordó que toda vocación nace de Dios, surge «de la amistad con Jesús» y exige una respuesta generosa: «Toda vocación que viene del Señor conlleva una misión. Es una llamada con una finalidad, con un sentido, con un proyecto». Mons. José Luis Retana destacó que la vocación es un don que «no se merece, sino que se acoge» con humildad y debe traducirse en entrega, amor al prójimo y compromiso con la misión de Dios. Y puso como ejemplo a la Virgen María y su respuesta al acoger la llamada de Dios: «He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra».

El obispo concluyó su homilía pidiendo al Señor «la gracia de escuchar más, de soñar con sus planes y de acoger responsablemente a Cristo», y a María, «Maestra de vida espiritual», que «nos haga dóciles al proyecto de Dios sobre nuestra vida, como lo fue ella» y transforme nuestra vida con su luz.

Encuentro del Seminario Menor en Familia

Las actividades con motivo del Día del Seminario continuarán los días 21 y 22 de marzo, con un nuevo encuentro del Seminario Menor en Familia, dirigido a jóvenes y adolescentes en proceso de discernimiento vocacional. Se trata de una experiencia de acompañamiento en su camino de fe, donde se ayuda a los jóvenes a reflexionar sobre la posibilidad de una «vocación sacerdotal como un fin para su vida y, si Dios quiere, el día de mañana puedan dar el paso al Seminario Mayor», explicó el rector del Seminario Diocesano, Anselmo Matilla.

Los interesados en participar pueden obtener más información enviando un correo electrónico a: seminario@diocesisciudadrodrigo.org