El Obispo de Ciudad Rodrigo, Mons. José Luis Retana, ha presidido en este 3 de febrero, la festividad de San Blas. En concreto, lo ha hecho junto a los vecinos de Ciudad Rodrigo que un año más se han dado cita en Sanjuanejo y en procesión han llegado hasta las inmediaciones del Monasterio de la Caridad donde don José Luis ha pedido a todos los presentes unos momentos de oración.
Tras la procesión ha tenido lugar la Eucaristía y en su homilía, en primer lugar, el prelado ha recordado al que ha sido párroco durante 56 años, D. Bernardino San Nicasio. Desde hace pocas fechas, tras su jubilación, son D. Rafael Caño y D. José María Rodríguez-Veleiro los que atienden el día a día de la parroquia de Sanjuanejo, al ser ambos los párrocos de la Unidad de Acción Pastoral de San Cristóbal-El Salvador.
En relación a la homilía, Mons. Retana ha explicado el martirio de San Blas y el motivo por el que se le considera protector de las afecciones de garganta. Pero sobre todo, ha manifestado que San Blas «nos enseña a vivir confiados en Dios. Él le veía presente en la naturaleza, en la belleza de la creación, en los campos, en la belleza de los animales. Todo le recordaba a un Dios Padre que cuida de nosotros y ha puesto en nuestras manos unos dones tan hermosos y extraordinarios».
Mons. Retana también ha considerado oportuno hacer referencia al concepto de ‘ecología integral’ del que nos habla el Papa Francisco y que aborda el análisis de los problemas ambientales también desde las perspectiva de los contextos humanos, familiares o laborales.
Concluyó señalando que San Blas «no solo cuidó de la creación, aprendió de Jesús a cuidar, sobre todo, de todas las personas que se le acercaran, ricos o pobres, cultos o ignorantes, niños o ancianos, especialmente de los enfermos y de los pobres».