El obispo, Mons. José Luis Retana, preside en la Catedral la eucaristía de la solemnidad de Santa María Madre de Dios
La solemnidad de Santa María Madre de Dios coincide con la Jornada por la Paz que instauró el papa san Pablo VI en 1968. Y cada año se centra en un mensaje que comparte el santo padre. Para este año, el papa Francisco ha elegido el lema: “Perdona nuestras ofensas, concédenos tu paz”.
El obispo de Ciudad Rodrigo, Mons. José Luis Retana, ha presidido el 1 de enero la celebración en la Catedral, y en su homilía ha resaltado que la paz, «viene del Señor». Porque según el prelado, «Cristo es nuestra paz, lo sabemos y lo creemos», y cree que en Navidad, «ha comenzado una nueva forma de vivir los acontecimientos humanos». E insiste en que el nacimiento de Cristo, «no borró el mal», sino que dio expresión e hizo visible de una vez por todas ese deseo de paz y de vida que subsiste en nuestro corazón de cada hombre».
Mons. José Luis Retana reitera que la paz requiere de un camino de conversión, «de cambiar el modo de pensar, de liberar el corazón del espíritu de la violencia, de conquista y de venganza». E insiste en que «no hay paz sin conversión, y no podemos vivir y hablar de paz si nuestro corazón no está dirigido a Dios, si nuestra vida no está verdaderamente habitada por su presencia, si no sentimos la necesidad de pedir, día tras día, su perdón».
Testimonio de comunidad
Asimismo, aclaró que la vocación de la pequeña comunidad cristiana es «salvaguardar el deseo de encuentro, cultivar la libertad de todos, superar las fronteras étnicas, religiosas e identitarias de diversa índole». El obispo confirma que se necesita el testimonio de una comunidad que sepa vivir en libertad, «mi sueño para mi querida Iglesia de Ciudad Rodrigo».
Y pidió a Santa María, Madre de Dios, «que invoque sobre nosotros su mirada maternal, la ternura que tanto necesitamos, y que nos haga protagonistas de nuestro deseo de paz para esta tierra».