Mensaje de D. Carlos Norberto Gómez, delegado de Pastoral de la Salud, con motivo de la Jornada Mundial del Enfermo 2025
Querida familia diocesana:
Como cada año, el 11 de febrero, fiesta de Nuestra Señora de Lourdes, daremos inicio a la Campaña del Enfermo 2025.
Este 2025, las celebraciones de la Jornada Mundial del Enfermo (martes, 11 de febrero) y de la Pascua del Enfermo (domingo, 25 de mayo), están marcadas por espíritu propio de este Año Jubilar 2025, convocado por el Papa Francisco bajo el lema “Spes non confundit”, recordándonos que la esperanza “no defrauda” (Rm 5,5).
Este año, la celebración de la Jornada Mundial del Enfermo la tendremos el sábado, 8 de febrero, en la Residencia Santa Rita, en Lumbrales. Así, en las demás comunidades de nuestra diócesis lo podremos celebrar el 11 de febrero, fiesta de nuestra Señora de Lourdes.
Además, del 1 al 5 de julio, nos uniremos a la Hospitalidad de Salamanca para compartir la Peregrinación jubilar al Santuario de Lourdes (Francia). Confiamos en que las familias de nuestras comunidades se animarán para participar con fe en esta convocatoria.
En el corazón de este Jubileo, el Santo Padre nos invita a vivir de manera concreta y cercana la caridad y la misericordia con todos los que sufren, especialmente con nuestros hermanos y hermanas enfermos: “Que se ofrezcan signos de esperanza a los enfermos que están en sus casas o en los hospitales. Que sus sufrimientos puedan ser aliviados con la cercanía de las personas que los visitan y el afecto que reciben” (Spes non confundit, n. 11).
Con este mensaje el Papa nos llama a ser “Peregrinos de la Esperanza”, animándonos como Iglesia y comunidad cristiana a dar impulso al espíritu de cercanía, ternura y acompañamiento de quienes están enfermos, solos, excluidos o abandonados en sus sufrimientos. Por esto, la Bula nos recuerda: “Las obras de misericordia son igualmente obras de esperanza, que despiertan en los corazones sentimientos de gratitud” (Spes non confundit, n. 11).
En el espíritu de estas palabras, viene bien recordar lo que el Papa Francisco dijo con ocasión del Jubileo de la Misericordia 2015: “En este Año Santo, podremos realizar la experiencia de abrir el corazón a cuantos viven en las más contradictorias periferias existenciales, que con frecuencia el mundo moderno dramáticamente crea. ¡Cuántas situaciones de precariedad y sufrimiento existen en el mundo hoy! Cuántas heridas sellan la carne de muchos que no tienen voz porque su grito se ha debilitado y silenciado a causa de la indiferencia de los pueblos ricos. En este Jubileo la Iglesia será llamada a curar aún más estas heridas, a aliviarlas con el óleo de la consolación, a vendarlas con la misericordia y a curarlas con la solidaridad y la debida atención. No caigamos en la indiferencia que humilla, en la habitualidad que anestesia el ánimo e impide descubrir la novedad, en el cinismo que destruye. Abramos nuestros ojos para mirar las miserias del mundo, las heridas de tantos hermanos y hermanas privados de la dignidad, y sintámonos provocados a escuchar su grito de auxilio. Nuestras manos estrechen sus manos, y acerquémoslos a nosotros para que sientan el calor de nuestra presencia, de nuestra amistad y de la fraternidad. Que su grito se vuelva el nuestro y juntos podamos romper la barrera de la indiferencia que suele reinar campante para esconder la hipocresía y el egoísmo.” (Misericordiae Vultus, n. 15)
Han pasado 10 años de aquél mensaje que, hoy, 2025, cobra actualidad en el llamado que se hace a la Iglesia y a todos los creyentes para ser signos concretos del amor de Dios reflejado en el rostro de Cristo. Nos toca avivar la avivar la esperanza en quienes se sienten frágiles y abatidos, o van perdiendo la fe, víctimas del olvido de una sociedad que se ha acostumbrado a asistir “puntualmente” a los que sufren sin considerar que la atención y cuidado de todo ser humano ha de ser “permanente”.
Así como el Papa nos invitaba a salir “jubilarmente” el 2015 a las periferias de los que sufren. Así también, la Evangelii Gaudium 24, dibujaba el perfil de la comunidad capaz de ver el rostro de Cristo en el hermano (Mt 25,40): “La comunidad evangelizadora se mete con obras y gestos en la vida cotidiana de los demás, achica distancias, se abaja hasta la humillación si es necesario, y asume la vida humana, tocando la carne sufriente de Cristo en el pueblo.
Este año, además de celebrar litúrgicamente la Campaña del Enfermo 2025, hemos de esforzarnos por hacernos cercanos a los que sufren en nuestras propias comunidades parroquiales, en las residencias y todo espacio donde el ser humano necesite consuelo y esperanza de nuestra parte. En este marco, los enfermos no han de ser ajenos a nuestro itinerario pastoral, ni solo formar parte de acciones puntuales que, a la larga, quedan en el olvido. Ellos no son ajenos a nuestra vida parroquial, pues son parte esencial de la comunidad, y les debemos, en nombre del amor de Dios, presencia, escucha, cuidados y consuelo.
Querida familia diocesana, animados por la esperanza que no defrauda, unámonos para mostrar el rostro misericordioso de la Iglesia, para que nadie quede excluido de la caridad de Cristo, por ello les RECUERDO:
– La enfermedad pone a prueba la fe y el ánimo; no obstante, la esperanza cristiana, que nace del amor de Dios (Rm 5,5), mantiene viva la certeza de que nada ni nadie puede separarnos de su amor (Rm 8,35-39). Ser sembradores de esperanza implica acompañar, sostener y rezar con quienes viven la angustia de la enfermedad.
– Como consagrados, en los diferentes estados de vida o formas de entrega, estamos llamados a encabezar con valentía y ternura el cuidado de los enfermos. Procuremos, en lo que sea posible, que cada residencia, pública o privada, casa particular o espacio de nuestra diócesis de Ciudad Rodrigo, donde alguien sufra, este atendido o al menos no quede falto de nuestra visita y ofrecimiento de asistencia espiritual.
– Que en nuestras celebraciones sigamos motivando a las familias para que visiten y acompañen a sus enfermos. Recuerden que en el Hospital Clínico de Salamanca el Servicio religioso está a su disposición para acompañar a los enfermos de nuestras comunidades. El teléfono de la capellanía: 639 430 763.
– Aunque cada año, en diferentes momentos, acompañar a nuestros enfermos con los Sacramentos (Reconciliación, Unción de los Enfermos y Eucaristía), este Jubileo es una buena ocasión para animar a los miembros de nuestras comunidades a experimentar el abrazo de la misericordia de Dios y la fuerza de la esperanza, presente en estos sacramentos de sanación y fortaleza.
– Inspirados en el n. 11 de Spes non confundit y en los diversos Mensajes para la Jornada Mundial del Enfermo que el Papa Francisco ha ofrecido, les ofrezco un sencillo “itinerario de servicio” para nuestras comunidades:
Familias: Organizar horarios de visita a parientes enfermos o ancianos que viven solos. Incluir gestos sencillos: rezar juntos, conversar, ayudar en pequeñas tareas domésticas.
Parroquias: Fomentar grupos de voluntarios (jóvenes, adultos, matrimonios) que visiten las residencias de mayores, llevando la cercanía de la comunidad.
Escucha y consuelo: Disponer tiempo para escuchar con paciencia las historias, preocupaciones y miedos de los enfermos. Un oído atento puede sanar el corazón.
Celebraciones y oración con los enfermos: Promover la Eucaristía dominical con especial intención por los enfermos; invitar a aquellos que puedan asistir y a sus familias. Facilitar la comunión a domicilio o en las residencias para quienes no pueden desplazarse. Celebrar con esmero la Unción de los Enfermos: subrayar su carácter sacramental de fuerza y consuelo.
Incluir en las intenciones comunitarias la oración por los enfermos y el personal de salud, reconociendo el valor de su vocación. Animar la oración personal y familiar por quienes sufren, recordando que la intercesión es un acto de fe y amor.
Querida familia diocesana, este Jubileo 2025 es una oportunidad de gracia para revitalizar en nuestra diócesis, parroquias, comunidades religiosas y familias la pasión por servir a Cristo en los enfermos.
Imploremos a María, Madre de la Esperanza y Salud de los Enfermos, que nos acompañe en este camino jubilar, para que cada uno de nosotros sea, con alegría y valentía, un artesano de esperanza para tantos hermanos que sufren.
En comunión fraterna,
Carlos Noberto Gómez, delegado diocesano de Pastoral de la Salud
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Mensaje de D. Carlos Norberto Gómez, delegado de Pastoral de la Salud, con motivo de la Jornada Mundial del Enfermo 2023
Queridas familias de la Diócesis de Ciudad Rodrigo,
Con afecto fraterno reciban el saludo de los sacerdotes, colaboradores y voluntarios de la Delegación de la Pastoral de la Salud de nuestra diócesis.
Como cada año el próximo 11 de febrero, Fiesta de nuestra Señora de Lourdes, iniciaremos la Campaña del Enfermo 2023 con la celebración de la XXXI Jornada Mundial del Enfermo. Con este motivo, el Papa Francisco, nos recuerda la súplica que el buen samaritano pidió al posadero que cuidara del hombre herido en el camino: “Cuida de él” (Lc 10,35). Una súplica que, para nosotros, discípulos del Señor, es una llamada a velar por nuestros hermanos y hermanas que sufren en la enfermedad, física o espiritual.
Sin embargo, no olvidemos que, más allá de la enfermedad física de quien sufre en su casa, un hospital, residencia o incluso en la calle, hay otras formas de enfermedad. Todos necesitamos SALUD porque de alguna u otra manera todos PADECEMOS de alguna enfermedad propia de estos tiempos. La soledad, el abandono, la indiferencia, la violencia, el rechazo, la marginación, la burla, la tristeza profunda o la falta de ganas por vivir, etc., son algunas de las “enfermedades” que muchos sufren en silencio. Todos NECESITAMOS SALUD: Nuestras familias, nuestros niños y jóvenes, nuestros mayores, los de cerca y los de lejos, conocidos o desconocidos. Y todos, sin excepción, podemos ser PORTADORES DE SALUD ayudando a los que tenemos cerca, orando cuando no podemos ofrecer un auxilio material, o buscando ayuda para los que sufren. Por su parte, atendiendo al mensaje del Papa, la Conferencia Episcopal Española se ha centrado en la realidad de los mayores. “Déjate cautivar por su rostro desgastado” es el lema que se propone para la Campaña del Enfermo de este año.
Como Delegación Diocesana de Pastoral de la Salud, este año dedicaremos los días previos al 11 de febrero para dialogar brevemente sobre la necesidad de ser PORTADORES de salud en nuestras familias, con los jóvenes y con nuestros mayores. Con el apoyo de la Delegación de Medios de Comunicación de nuestra diócesis, compartiremos tres entrevistas. La primera con Dani y Teresa, de la Delegación de Familia. La segunda con José Manuel, de la Delegación de Juventud. Y la última con Mar Manzano, Directora de Cáritas y Rosana Pérez, responsable del servicio de mayores de Cáritas.
El 11 de febrero a las 11:30 de la mañana, celebraremos la eucaristía con los hermanos y hermanas de la Residencia Obispo Téllez de Ciudad Rodrigo. Junto a los cuidadores y todo el personal de este centro, elevaremos nuestra plegaria al Padre en favor de todos nuestros hermanos enfermos.
Las actividades de esta primera etapa de la Campaña del Enfermo 2023 la cerraremos el 14 de febrero a las 5 de la tarde con un Encuentro de Oración en el Convento de las Madres Carmelitas.
Además de la XXXI Jornada Mundial del Enfermo que celebraremos el 11 de febrero, el 6to Domingo de Pascua (14 de mayo) cerraremos la Campaña del Enfermo 2022 con la celebración de la Pascua del Enfermo.
Sepan que, como Delegación de Pastoral de la Salud, seguimos trabajando por hacernos presente en el caminar sinodal de nuestra Diócesis. Mientras, recuerden que estamos a su entera disposición:
Correo electrónico: pastoraldelasalud@diocesisciudadrodrigo.org.
Teléfono de la capellanía del hospital Clínico de Salamanca: 639430763.
Que este año, nos esforcemos por comunicar salud con nuestras palabras, gestos y actitudes. Que Nuestra Señora de Lourdes nos cobijé baja su manto y haga de nosotros mensajeros de esperanza y de vida para quienes sufren en el cuerpo o en el espíritu.
Salud y bendiciones para todos.
Mensaje de D. Carlos Norberto Gómez, delegado de Pastoral de la Salud, con motivo de la Jornada Mundial del Enfermo 2022
Queridas familias de la Diócesis de Ciudad Rodrigo,
Con afecto fraterno reciban el saludo de los sacerdotes, colaboradores y voluntarios de la Delegación de la Pastoral de la Salud de nuestra diócesis.
En esta ocasión queremos hacerle presente que el próximo viernes 11 de febrero celebraremos la XXX Jornada Mundial del Enfermo. Desde que el Papa San Juan Pablo II instituyera esta celebración en 1992, como Iglesia no hemos dejado de orar y trabajar, con especial intensidad, por todos los enfermos y hospitalizados, por aquellos que sufren o pasan dificultad a causa de la soledad o el peso de los años, por sus familiares y amigos, y por todos los que velan por la recuperación de su salud y procuran su bienestar integral.
Este año 2022 se invita a volver, una vez más, la mirada al mundo de la enfermedad y el dolor en todas sus formas. “Acompañar en el sufrimiento” es el lema de la campaña de este año; una propuesta que encierra una llamada especial y concreta a estar al lado de los que sufren en un camino de caridad.
“Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso” (Lc 6,36), nos recuerda el Papa Francisco en su mensaje para esta Jornada. Acompañar a los que sufren es lo propio de la misericordia de Dios y la finalidad fundamental de la Pastoral de la Salud. Acompañarlos con nuestra plegaria y con nuestras obras. Acompañar a los enfermos y hospitalizados, a sus familias y a quienes los ayudan en su recuperación. Acompañar a los que pasan dificultad a causa de la soledad o el peso de los años, sea que estén en sus casas o en una residencia. Acompañar porque Jesús se hizo compañero en nuestro propio camino de sufrimiento, en nuestra propia historia, como Buen Samaritano (Lc 10,25-37).
A primera vista, todo esto parece muy sencillo o fácil; sin embargo, situarnos al lado de los que sufren exige estar en sintonía con el corazón de Cristo, tener sus mismos sentimientos (Flp 2,5). El Padre, en su misericordia nos contempla como hijos amados. Movidos por esa misma misericordia hemos de contemplarnos como hermanos, como familia, como comunidad humana en la que nadie puede quedarse olvidado; porque el Dios que ama lo que es suyo no se olvida de nadie.
Además de la XXX Jornada Mundial del Enfermo que celebraremos el 11 de febrero, festividad de Nuestra Señora de Lourdes, el 6to Domingo de Pascua (22 de mayo) cerraremos la Campaña del Enfermo 2022 con la celebración de la Pascua del Enfermo. Dos fechas que no son únicas, ni exclusivas, porque nuestra misión es constante y permanente en el acompañamiento de nuestros hermanos enfermos y de aquellos que los asisten.
Como Delegación, aunque nuestra labor es humilde y silenciosa, este año nos vamos a enfocar en tender lazos de amistad y confianza con las residencias presentes en nuestra jurisdicción. Poco a poco, esperamos poder avanzar en la sensibilización de nuestras comunidades, a fin de que en ellas vaya creciendo la preocupación por los que sufren en la enfermedad, se sienten solos o necesitan de nuestro consuelo y ayuda. Mientras, recuerden que estamos a su entera disposición (pastoraldelasalud@diocesisciudadrodrigo.org). Asimismo, les informamos que en el Hospital Clínico de Salamanca hay un renovado equipo de sacerdotes y voluntarias que pueden atender espiritualmente a los miembros de nuestras comunidades que son hospitalizados y que, en este tiempo de pandemia, pueden sentirse abandonados (Teléfono de la capellanía: 639430763).
Esperando que el próximo 11 de febrero todos nos sintamos unidos en la plegaria por quienes viven marcados por la enfermedad y por los sanitarios que los asisten, encomendemos al Señor y a la Virgen el servicio de caridad que realizamos en nuestras parroquias para que dé fruto abundante en el fortalecimiento de nuestro testimonio cristiano.
Salud y bendiciones para todos.
Mensaje de D. Carlos Norberto Gómez, delegado de Pastoral de la Salud, con motivo de la Jornada Mundial del Enfermo 2021
Antes que nada, quiero agradecer de corazón a todas las familias de nuestra Diócesis por habernos acompañado estos días en la oración por nuestros hermanos enfermos, sus familiares y amigos, y por todos los agentes sanitarios.
La delegación de la Pastoral de la Salud en Ciudad Rodrigo es un espacio de especial significación dentro de la labor de nuestra Diócesis.
Nuestro contacto directo con personas, con los enfermos y ancianos, con sus familias y las comunidades parroquiales de nuestra Diócesis, de manera especial en este tiempo de pandemia, nos ha exigido actuar con la delicadeza y la ternura propias de Jesús Buen Pastor.
Por eso, este año, el papa Francisco ha puesto un énfasis especial en la fraternidad y la confianza como fundamentos en el trato con los enfermos. Y no se equivoca, Jesús siempre actúa como hermano nuestro y compañero de camino y abre su corazón a todas nuestras necesidades y preocupaciones, para brindarnos el consuelo y la paz que necesitamos.
Desde la Delegación de la Pastoral de la Salud, un pequeño grupo de laicos, religiosas y sacerdotes, hemos intentado llevar adelante la misión sanadora de Jesús, acompañando, consolando y dando soporte afectivo y espiritual a nuestros hermanos y hermanas enfermos. Las circunstancias propias de la pandemia no nos han permitido realizar las visitas, los encuentros de oración y las jornadas de formación que cada año ofrecemos a nuestra comunidad diocesana. Sin embargo, aunque limitados, no hemos dejado de orar por todos los que sufren en silencio, solos, abandonados, marginados, en sus casas, residencias o en los hospitales.
Este año, tenemos dos fechas importantes para contemplar con intensidad y confianza en Dios el mundo de la enfermedad. Una de ellas es la Jornada Mundial del Enfermo que celebramos hoy 11 de febrero, en el día de la Virgen de Lourdes. La otra fecha es la Pascua del Enfermo, que viviremos en clave de resurrección en el 6to Domingo de Pascua, el próximo 9 de mayo. Dos fechas que no son únicas, ni exclusivas, porque nuestra misión es constante y permanente en el cuidado de nuestros hermanos y hermanas enfermos.
Ciertamente, hay mucho por hacer, pero también hay mucho que agradecer a los que han venido acompañando a Don Isidoro Gonzales, sacerdote de nuestra Diócesis, en la Pastoral de la Salud. Ahora, como nuevo Delegado, me toca tomar el testigo y seguir remando en la nave de nuestra Iglesia diocesana para que ningún enfermo se sienta abandonado de Dios ni olvidado por los hermanos.
Además de la labor de Delegado de la Pastoral de la Salud, Don Isidoro me ha heredado su puesto en la capellanía del Hospital Universitario de Salamanca. Por eso, desde este espacio de comunicación, quiero invitar a las familias de nuestras comunidades a hacer suyo nuestro servicio en la Pastoral de la Salud y en la capellanía del hospital de Salamanca. Que, con todos, podamos tender puentes de caridad y cercanía entre las familias de nuestra Diócesis y sus familiares y amigos, enfermos u hospitalizados.
Una vez más, invito a todas nuestras comunidades de la Diócesis a seguir orando, como lo hemos venido haciendo estos días, para que el Señor conceda a nuestros hermanos y hermanas enfermos la pronta recuperación; para que dé fortaleza de ánimo y esperanza a sus familiares y amigos; para que sostenga con su presencia la labor de todos los agentes sanitarios de los hospitales, residencias, centros de acogida y rehabilitación; y, para que aquellos que al final les toque partir a la casa de Padre, en la paz de Dios gocen ya de la contemplación de su rostro.
Queridas familias de nuestra Diócesis de Ciudad Rodrigo, El lema de la Jornada Mundial del Enfermo, de este año es: CUÍDEMONOS MUTUAMENTE… Que podamos hacer realidad este propósito y que en el velar los unos por los otros, se fortalezcan nuestros lazos de amistad, fraternidad y confianza, se abran nuevos caminos de reconciliación y de amor, y que así, podamos presentar al mundo el rostro renovado de la gran familia de Dios, presente en nuestra Diócesis.
Salud y bendición para todos. Y que nuestra madre la Virgen de Lourdes a quien celebramos hoy, no permita que nos separemos de su hijo Jesús.
Nuevo texto del testamento vital de la CEE
En abril de 2021, la Conferencia Episcopal Española aprobó un nuevo texto de Declaración de Instrucciones previas y voluntades anticipadas, también conocido como testamento vital.
La Conferencia Episcopal invita a firmar este documento, que es la expresión escrita de la voluntad de un paciente sobre los tratamientos médicos que desea recibir, o no está dispuesto a aceptar, en la fase final de su vida. El testamento vital también especifica que se administren los tratamientos adecuados para paliar los sufrimientos, pero que no se aplique la eutanasia. Además se solicita una atención espiritual.
Junto al documento, se ofrecen unas sugerencias prácticas para facilitar la realización y posterior inscripción en el registro de voluntades, un procedimiento importante para que tenga valor jurídico.
- Modelo de documento a firmar
(descargar en word) - Aceptación del representante designado para velar por la voluntad del Otorgante
(descargar en word) - Sugerencias prácticas
(descargar en word)
Delegado:
Rvdo. Sr. Carlos Norberto Gómez Jiménez
C Díez Taravilla, 15
37500 Ciudad Rodrigo
Salamanca
correo electrónico: pastoraldelasalud@diocesisciudadrodrigo.org